La soledad de la oposición

C. ANADALUZ / M. COBAS OURENSE, O BARCO / LA VOZ

FIRMAS

Concepción Rivera (PSOE) y Pilar Barros (BNG) vigilan en solitario a los gobiernos de los concellos de Carballeda de Valdeorras y Beariz

15 may 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

No es fácil estar en la oposición. No lo es en líneas generales. Pero la situación se agrava si se es la única persona encargada de controlar la acción del gobierno en un concello y, además, se quieren conocer las necesidades de los vecinos. Esta paradoja se ve reflejada en los casos de María do Pilar Barros, edila nacionalista en Beariz, y de Concepción Rivera, concejala socialista en Carballeda de Valdeorras.

María do Pilar entró el pasado año en el Concello con el BNG (aunque ahora es una de las escindidas) junto a ocho ediles del Partido Popular. El 22-M supuso un hito en un Ayuntamiento acostumbrado a un único color político: durante veinte años, hasta el 2011, el PP lo gobernó en solitario. Era la segunda vez que se presentaba en Beariz y aunque en las anteriores elecciones no pudo ser, en esa ocasión entró. Todo un logro. La responsabilidad es mucha pero asegura que viene marcada por la decepción; no por su cargo sino por la imposibilidad de hacer cosas: «É complicado poder contactar con toda a xente. Aínda que son oriunda de aquí, resulta imposible».

Resulta curiosa, también, la relación con el grupo de gobierno. «Sobre todo porque ao ser a maioría absoluta...», explica; y su contacto, a no ser en las sesiones plenarias, es en la comisión de cuentas. Los plenos son rápidos. «Non chegan, ás veces, aos dez minutos», explica. «Aínda que faga alegacións, como son maioría, non se teñen en conta», añade. Eso sí, no se arredra: «Intento facer oposición, pero sempre construtiva». Pone como ejemplo la sesión plenaria que se celebrará hoy mismo. Se debatirá el plan de ajuste y la petición de un préstamo. Una situación a la que ella es contraria y que argumentará a pesar de que ya conoce de antemano que su propuesta, aunque escuchada, no será apoyada.

Eso sí, destaca que el respeto es total entre los ediles: «Tanto da miña parte como da deles. Trátase simplemente de respectar o que pensa cada un». A pesar de las dificultades encontradas durante este año, Pilar nunca ha pensado en dejarlo, sobre todo después de conocer lo difícil que es llegar conseguir un concejal: «Na anterior ocasión non entrei por catro votos». Para Pilar Barros el hecho de ser la única concejala en la oposición de Beariz no relaja su cargo. «Aínda que esteas en minoría o compromiso cos veciños é o mesmo», señala.

La misma razón da Concha Rivera cuando se le pregunta por qué no abandona su cargo como única edil de la oposición en Carballeda de Valdeorras si ella misma define la situación de soledad como «horrible»: «No puedes dejarlo, porque tienes que darle el beneficio de tu trabajo a la gente que te ha votado; pero eso no quita que sea difícil. Si hubiese más gente, si fuésemos más, podrías pasar el testigo, pero así es imposible».

En su caso, además, y por contra de lo que sucede en Beariz, las relaciones personales entre ella y la alcaldesa no son buenas. Rivero incluso llegó a denunciar una supuesta agresión verbal en el centro de salud (que María del Carmen González siempre negó) pero la audiencia decidió archivar el caso ante la falta de pruebas de lo sucedido entre las dos representantes políticas.

«É moi complicado, porque resulta case imposible chegar a todo o mundo e coñecer ao día os seus problemas»

Pilar Barros