La crisis dispara la oferta de servicios en el mobiliario urbano

n. mirás SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

XOÁN A. SOLER

Las ETTs notan un aumento de la media de edad de personas que buscan trabajo

06 may 2012 . Actualizado a las 10:49 h.

Hace veinte años había en Viana do Castelo un local que, en su fachada, lucía un enorme cartel en el que podía leerse: «Hai de tudo e faisse de tudo». La misma imagen, o muy parecida, es la que transmiten en Santiago los miles de anuncios colocados en farolas, semáforos, cabinas de teléfono o canalones de desagüe, mensajes efímeros y, en muchos casos, desesperados, de personas que hacen de todo o venden de todo.

Se pasean perros; se cuidan niños, enfermos o personas mayores; peluquero a domicilio... «Furgoneta particular se ofrece para repartos, mudanzas o recados», dice una pequeña fotocopia colocada en varias calles del Ensanche. De este mercado laboral alternativo y, salvo excepciones, sumergido, depende la supervivencia de familias enteras.

La proliferación de este tipo de anuncios va pareja a la situación económica y al aumento de las cifras del paro. Y no solo han crecido los ficheros de demandantes de empleo en el Servizo Galego de Colocación, sino también los de empresas de trabajo temporal como Adecco que, prácticamente, han duplicado su base de datos en el plazo de un año. Pilar Requeijo, su responsable del departamento de Trabajador en Santiago, cuenta que han notado que ha cambiado el nivel de exigencia de quienes buscan empleo: «Antes trataban de encontrar algo que se adaptara a sus currículos, a su experiencia. Ahora son, en general, mucho más flexibles, abiertos a todo».

La propia empresa ha ido adaptando su manera de trabajar a los tiempos. Y ahora ya no se centran tanto en los contratos temporales, que también, como en captar las necesidades de los clientes y ofrecer candidaturas de personas que encajen en los perfiles que se demandan.

Otra circunstancia que ha variado es la edad de quienes recurren a los servicios de una empresa como esta. Si hace unos años eran personas mayoritariamente jóvenes, ahora eso tampoco es así, y en los ficheros se pueden encontrar candidatos de todas las edades. En Santiago funcionan una decena de empresas que tratan de poner en contacto a quienes ofertan y quienes demandan. Y mientras eso no sucede, son muchos los que recurren a ofrecerse directamente en el mobiliario urbanio. Servicios técnicos de ordenadores, tejados, albañiles, chapuzas, arrelgos de ropa, clases particulares, talleres de todo tipo, jardinería, terapias alternativas... Caso aparte son los pretendidos cerrajeros 24 horas que plagan la ciudad de pequeños adhesivos con los que intentan llamar la atención lo más posible. Lo hacen a todo color, a cada cual más vistoso y actúan con tal intensidad que, si pueden, tapan cualquier otro anuncio que haya sido colocado antes. Si son o no profesionales de verdad es otra cuestión.