La realidad aeroportuaria

Rubén López EXPERTO AEROPORTUARIO

FIRMAS

27 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Para analizar con criterios de eficacia nuestro sistema aeroportuario es necesario ser conscientes de sus problemas: descoordinación (cada aeropuerto hace la guerra por su cuenta); rentabilidad de las inversiones (infraestructuras innecesarias), y falta de transporte para acceder desde toda Galicia a la red aeroportuaria.

Hace tres años mi empresa consultora definió una herramienta no politizada con la que atajar dichos problemas y así competir directamente con el aeropuerto de Oporto. Ese instrumento sería el consorcio aeroportuario de Galicia, que establecería un nuevo modelo de promoción no basado en las subvenciones directas, sino en porcentajes de ocupación, permanencia en nuevas rutas y riesgos compartidos. Potenciaría las rutas a Madrid y Barcelona en frecuencias y precio, como la base sobre la que crecer. Complementaría el resto de rutas nacionales transversales y a las islas, y las europeas de conexión (vía hub) a través de Peinador y Alvedro. Centralizaría las rutas europeas low cost y las transcontinentales en Lavacolla. Y pondría en marcha un sistema de transporte para crear en realidad un aeropuerto con tres terminales.

De no adoptar esas medidas, nos encontraremos con más de 500 millones de euros invertidos para recibir quince millones de pasajeros y 60 destinos que solo tendrá cuatro millones de usuarios y 20 rutas. Serán museos casi vacíos y a menos de 2 o 3 horas, una sola terminal que acogerá siete u ocho millones de pasajeros (al menos 1,5, gallegos) y más de 70 destinos: Oporto.