Solidaridad de vecinos y empresas con los ganaderos en Campolongo

ana f. cuba FERROL / LA VOZ

SAN SADURNIÑO

Los ganaderos cuentan con dos camiones prestados, donde ayer se guarecieron de la lluvia.
Los ganaderos cuentan con dos camiones prestados, donde ayer se guarecieron de la lluvia. césar toimil< / span>

Reciben comida y les han prestado sillas o una caravana para dormir

16 sep 2015 . Actualizado a las 11:53 h.

El bloqueo de la fábrica y el almacén de logística de Leche Celta en Campolongo persiste. Cerca de un centenar de tractores rodean las instalaciones desde la madrugada del viernes al sábado. «A situación está igual, a recollida de leite paralizada ao cen por cen, o mesmo que a saída das industrias. Agora terá que mover ficha a Administración», comentaba ayer José Manuel Carro, ganadero de Ordes, al frente de la movilización en Pontedeume.

Los granjeros mantienen la protesta -sin visos de «acordos nin preacordos», remarcan- y el apoyo social. Vecinos y empresarios se vuelcan con los ganaderos de las comarcas de Ferrolterra, Ortegal, Eume y Ordes concentrados en Campolongo. «Acábannos de traer catro empanadas», contaba a primera hora de la tarde David Arnoso, de San Sadurniño. También les han proporcionado sillas y mesas, que han montado en el interior de los camiones (uno de transporte de caballos de carreras y otro de ganado) donde pasaron las horas de lluvia.

Otra persona les ha prestado una caravana para dormir (tiene capacidad para cuatro personas). Los demás pernoctan en los coches particulares. «Un empresario díxonos que tiñamos ata 300 euros para comprar comida e bebida e outro vainos traer unha lona para cubrir o espazo entre os dous camións, pola choiva», contaron, muy agradecidos por tantas muestras de solidaridad.

Los ganaderos quieren aclarar, por otro lado, que facilitaron la entrada del furgón del Banco de Alimentos Rías Altas, que tenía previsto recoger ayer cuatro palés de leche donados por Leche Celta. «A empresa non llelos entregou, pero non foi por culpa nosa, temos unha zona aberta sempre, de 2,5 metros de ancho, pola que poden pasar coches e furgóns. Cremos que o fixeron por danar a nosa imaxe», lamentaron. De momento, resisten, también a la ciclogénesis explosiva.