Durante su paseo de una hora por la villa, el presidente tomó un café solo y conversó con Celestino Sardiña
21 sep 2016 . Actualizado a las 10:00 h.«Fantástico», respondió Mariano Rajoy, al ser preguntado por su opinión acerca de Pontedeume. «Hacía tiempo que no venía y está muy bonito», continuó. Cinco minutos antes de las cinco de la tarde y después de comer en el restaurante La Solana, en Cabanas, se bajó del coche en la villa de los Andrade, que no había sido visitada por ningún presidente del Gobierno desde que estuvo Manuel Azaña, según apuntó el exalcalde Gabriel Torrente.
Una veintena de personas lo recibieron en la plaza de España, en la que lo aguardó un viejo conocido: Celestino Sardiña, el que fuera alcalde del municipio durante diecisiete años. Ambos conversaron varios minutos sobre «el pasado», comentó más tarde el exregidor. La tienda Calzados Camino, propiedad de su hija Marga Sardiña, fue otra de las paradas del presidente.
Rajoy aprovechó para fotografiarse a las puertas del Concello y en el Torreón dos Andrade, desde donde observó el río Eume. Después de caminar por el paseo del puerto, se sentó en la terraza del Café Bar Guillermo. Allí se tomó un café solo mientras conversaba sobre Galicia. A su lado, durante toda la visita estuvo un chico de Nuevas Generaciones, que también le agasajó a la llegada con una cesta de almendrados y rosquillas, regalo del comercio local de Pontedeume. «Esto es de primera», le dijo al joven.
Durante el camino accedió a charlar por un teléfono que le acercó una mujer. También habló con excursionistas onubenses y con un ciclista que le retó a una carrera. Muchos vecinos sorprendidos y numerosas fotos.