Productores forestales trabajan por un contrato único con la industria

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

Ence considera esta fórmula «moito menos eficiente» y aboga por la relación directa

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los bajos precios, una preocupación compartida por la veintena de asociaciones de productores forestales de Ferrolterra, Ortegal y A Mariña lucense representados en la reunión celebrada en Moeche, llevan a retrasar las talas y la renovación de contratos con Ence, el principal comprador de eucalipto en la zona. Los colectivos de Cedeira o Lourenzá han empezado a trabajar, aún a pequeña escala, con la firma portuguesa BSL, y Ortigueira lo hará en breve. Pero los propietarios tienen claro que «a unión é a única saída, e aínda así sempre quedas en desvantaxe», apunta un asistente al encuentro, del que salió el propósito de luchar por un modelo de contrato único para su relación con la industria.

«En vez de esperar a que te lo propongan ellos [las empresas], proponerlo nosotros», resume Óscar Piñón, vicepresidente de Promagal, la federación que aglutina a 25 asociaciones de productores. En opinión de Ence, la experiencia demuestra que «os intentos de contrato único xeran algúns problemas, porque resulta moito menos eficiente que as estruturas colaboracionistas ligadas ao terreo e a obxectivos como a mellora da produción e da sustentabilidade das plantacións, ou a defensa contra incendios». Considera, además, que este modelo «deixaría fóra ás moitas asociacións de produtores que, ben non están integradas en estruturas de maior alcance ou ben, estándoo, prefiren manter unha relación directa [con Ence]».

La pastera defiende el actual tipo de contrato, «que vai máis aló da compra-venda (...); isto só pode facerse a partir de estruturas próximas ao terreo, homoxéneas, accesibles e achegadas ás necesidades dos propietarios».

Que gestionen los propietarios

Los participantes en la última reunión de las asociaciones (la próxima será en O Vicedo el 17 de diciembre) coincidieron en la necesidad de «que la gestión del monte la hagan los productores, no la industria». Abordaron, además, el impacto de los cotos redondos, una figura incentivada en los contratos con Ence para que propietarios de fincas colindantes coordinen las labores de cultivo, corta, etcétera. «En teoría esto resulta beneficioso para todos, porque puedes abaratar costes y hacer mejor los trabajos, pero al final ese euro o dos más por tonelada [la prima] se lo quitan a la empresa que realiza la tala», aseguran.

Las organizaciones concluyeron que tanto las ordenanzas municipales, que inciden en el cuidado de las pistas, como las normativas que establecen mayores medidas de seguridad en las tareas forestales «acaban repercutiendo en el bolsillo del productor, siempre el eslabón más débil de esta cadena». Y acordaron solicitar una reunión con Medio Rural para tratar, entre otros temas, la prevención de incendios.