Su vida cambió de la noche a la mañana. Es una joven mitad alemana, mitad española, de sangre gallega, de Ortigueira para ser exactos, por parte de su abuela. Su gran afición es la hípica y compite desde hace años a gran nivel. Aprovechando su belleza natural también empezó una carrera como modelo. De hecho hace unos días estuvo por Galicia y comentó que quiere centrarse en este mundo. Así era, y así es la vida de Anna Barrachina, hasta que este verano se vio envuelta en una especie de locura y de repente empezó a ocupar las portadas de las revistas del corazón y minutos y más minutos en los programas de cotilleos. Todo porque se hizo público que su verdadero padre era el jinete Álvaro Muñoz Escassi. Pasó de ser una chica semidesconocida que buscaba ser conocida a la hija secreta más conocida de España. Hace unos días Anna se acercó hasta A Coruña para visitar a su familia gallega acompañada por su madre. Mucho se habló en verano de que si la relación con Mercedes, su progenitora, se había enfriado, pero lo cierto es que parece que aquella tormenta veraniega escampó. En unos meses recibió una lección de vida, y de lo que no es vida, que difícilmente olvidará. Comió en el Náutico, paseó por la plaza de Vigo y por otros lugares del centro de la ciudad. Cuando le pregunté dónde quería posar para una foto no dudó, escogió la Marina, con las galerías al fondo. Y después se tomó un chocolate en Bonilla para entrar en calor. Una chica guapa que intenta recuperar el norte en Galicia, la tierra de su abuela.
Cantera de buenos aficionados
La iniciativa es preciosa. Pero queda tanto camino por recorrer... La Fundación del Fútbol Profesional, dependiente de La Liga, con el apoyo del Consejo Superior de Deportes, puso en marcha la campaña Futura afición, que por primera vez llegó a Galicia. Sus responsables me pidieron que presentase el acto central que tuvo lugar en el colegio Santa María del Mar. En las horas previas los alumnos de quinto y sexto de primaria de este centro de los Jesuitas realizaron actividades orientadas a que los chavales se pusiesen en la piel del otro, del aficionado que pierde, del árbitro que se equivoca, del jugador que falla una ocasión... «Y dejar claro que la violencia verbal, gestual o física jamás está justificada», apuntan. Por eso les decía que falta mucho para conseguir erradicar actitudes violentas de los campos de fútbol, y no solo de los grandes estadios. Fin de semana tras fin de semana es increíble las barbaridades que se oyen en los partidos de los chavales pequeños. Hay padres a los que parece que las va la vida en el intrascendente encuentro de su hijo. Que confunden a un vocacional árbitro de 15 años que intenta formarse y ganar unos pocos euros con un colegiado internacional. Que ven a los ocho rivales del equipo de su hijo como el enemigo a batir sin piedad. En el acto intervinieron, entre otros, el presidente del Deportivo, el entrenador, Víctor Sánchez del Amo, que tiene a sus hijos en el citado colegio, y los jugadores Álex Bergantiños y Pedro Mosquera, ex antiguo alumno del centro educativo aunque reconoció que los estudios no se le daban muy bien. Mosquera comentó que «me llama la atención los padres que van al fútbol con sus hijos y no paran de insultar con los pequeños delante. Ese no es un buen ejemplo». Lo dicho, mucho camino por recorrer.
El precio de la lamprea
En plena temporada del pez más odiado y admirado del mundo, hablé con Mar, de la firma distribuidora Novás & Mar, que me aportó un dato curioso. «El precio va en picado. Recuerdo hace años llegar a vender la pieza a 50 o 60 euros y ahora está a 25 o 28. No sé por qué, pero hay mucha en el Miño y en el Ulla», destaca. La próxima vez que venga a Galicia Anna, la hija secreta más conocida, la llevaré a probar lamprea.