Emma Sandá Gómez (Ortigueira, 1972), directora de la Fundación Ortegalia desde su creación, hace 15 años, trabaja mano a mano con la historiadora Marta Fraga Barro, responsable del Museo Ortegalia. Encaran un nuevo verano cultural, con diversas actividades, y otros proyectos, como «la dinamización» del Molino de Mareas o la puesta en funcionamiento, al fin, de la aldea de Corbelle, rehabilitada en 2008 en Couzadoiro.
-¿Cómo afrontan el verano?
-Como los últimos años tenemos el Verano Cultural Ortegalia, con muchas actividades: la muestra de As Ghaivotas, renovada; la inauguración de la exposición sobre Narciso Luaces (el 10 de julio), que está colaborando activamente; una visita guiada al Molino de Mareas (23); una muestra de Teresa Barrós (3 agosto) y de un artesano que hace barcos; una ruta por las sierras que recorrió, en realidad o en la leyenda, Mamed Casanova (5); talleres sobre naturaleza (el 7 para niños y el 14 para adultos) y otro infantil sobre los vikingos (12); más exposiciones en septiembre...
-¿Alguna actividad novedosa?
-La más destacada será en noviembre, con las primeras jornadas sobre las ortigas, una idea que llevábamos tiempo macerando, por la idea de Alfredo Torres, farmacéutico fallecido hace unos años que estudió las ortigas. Habrá charlas, talleres, sobre todo de cocina, una exposición (con piezas cedidas por la familia de Torres)... También queremos involucrar a la hostelería local y Mar de Ardora elaborará conservas con ortigas de Ortigueira.
-¿Otros proyectos?
-Queremos dinamizar el Molino de Mareas (además de las visitas guiadas y el uso por algún colectivo). Y poner en funcionamiento la aldea de Corbelle, en Couzadoiro, la casa que se rehabilitó en 2008 y nunca llegó a usarse, como zona museística y para talleres (la idea inicial). Necesita pequeñas obras por el deterioro.