Ladridos y maullidos muy rentables

beatriz antón FERROL / LA VOZ

NARÓN

José Pardo

La demanda de alojamiento para perros y gatos no para de crecer y prueba de ello es que las dos residencias de la zona prevén una ocupación del 100 % para este verano

22 jun 2017 . Actualizado a las 18:30 h.

Peluso es un Shih tzu que se mueve con la misma tranquilidad por la vivienda de sus propietarios que por la finca de la residencia canina y felina El Bosque, ubicada en el lugar de Pena Embade, en la parroquia naronesa de Castro (Narón). «Es muy bueno y ya está muy acostumbrado a quedarse con nosotros», dice Yadira Tenreiro, la responsable del establecimiento.

Pero Peluso no es el único huésped habitual de este hotel para mascotas que ofrece habitaciones con camas, atención personalizada y hasta remedios antiestrés para las mascotas. Desde que abrió sus puertas hace ahora casi un año, la demanda de alojamiento para perros y gatos en El Bosque ha ido en aumento y prueba de ello que es que para julio y agosto Tenreiro ya prevé una ocupación del cien por cien. «El balance es muy positivo porque, salvo noviembre, cuando la actividad flojeó un poco, hemos estado al completo casi todos los fines de semana del año y para verano esperamos estarlo todos los días», dice satisfecha esta joven naronesa que un buen día decidió abandonar su trabajo de delineante para sacarse el título de auxiliar veterinario y dedicarse a cuidar animales.

De momento, las reservas en el establecimiento que comanda ya rozan el 80% para julio y superan el 50% para agosto. Sin embargo, Yadira augura un lleno total, como ya ocurrió el verano pasado, porque la mayoría de los propietarios de las mascotas esperan hasta diez o siete días antes de su marcha para hacer la reserva.

Mar López Tejedor dirige la residencia para mascotas más antigua de la comarca. Hace ya ocho años abrió las puertas de Catro Patas en Neda, donde las mascotas se alojan en caniles individuales. Asegura que algunos de sus clientes son tan fieles que sus mascotas ya consideran la residencia como su «segunda casa»
Mar López Tejedor dirige la residencia para mascotas más antigua de la comarca. Hace ya ocho años abrió las puertas de Catro Patas en Neda, donde las mascotas se alojan en caniles individuales. Asegura que algunos de sus clientes son tan fieles que sus mascotas ya consideran la residencia como su «segunda casa» ANGEL MANSO

Catro Patas

¿Es, pues, el de los hoteles para mascotas un negocio que gana enteros en la comarca? La respuesta a esta pregunta la tiene Mar Pérez Tejedor, quien desde hace ya ocho años comanda la residencia canina Catro Patas de Neda. «Está claro que la demanda de este servicio va en aumento, porque cuando yo empecé no tenía ninguna competencia y ahora, pese a que sí la tengo, no he notado un bajón en la actividad y sigo manteniendo el mismo nivel de reservas que antes», advierte Tejedor, que también prevé una ocupación del cien por cien en su residencia para los meses de julio y agosto.

Lo que sí ha notado esta profesional que también cuenta con una clínica veterinaria en Narón es un descenso en la duración de las estancias. «Hace años, en los meses de verano tenía muchas reservas para quince días o incluso para un mes y ahora abundan más las de siete o diez días. No sé si se debe a la crisis o a que ahora la gente se coge las vacaciones de forma más escalonada», advierte.

«Hace años, en los meses de verano tenía muchas reservas para quince días o incluso para un mes y ahora abundan más las de siete o diez días»

Tejedor explica que la adaptación de los animales a la residencia es «muy variable» y siempre resulta más difícil durante la primera estancia. «Los que ya han estado en otras ocasiones vienen más contentos, porque saben que luego sus dueños volverán a buscarlos y no se lo toman como un castigo. Para algunos, incluso, esta ya es como su segunda casa», dice la responsable de Catro Patas.

Además de estas dos residencias para mascotas, en la comarca existe una amplia red de cuidadores particulares que ofrecen alojamiento en sus propias casas a través de webs especializadas como Dogbuddy o Budog.

El Bosque triplicará su actividad

El aumento de la demanda de alojamiento en El Bosque se notó de forma especial la pasada Semana Santa, cuando el establecimiento registró un lleno total. «Tuvimos que decir no a muchísima gente que nos llamaba pidiendo una plaza y dieciocho perros se quedaron en lista de espera», anota Yadira Tenreiro.

Ante esta situación, la responsable de la residencia prevé triplicar la oferta después del verano. «Pasaremos de diez a treinta habitaciones para perros y de seis a quince estancias para gatos», anuncia Yadira. Con esta reforma, la responsable de El Bosque espera no tener que volver a decir «no» a ningún cliente que quiera reservar plaza.

EN CORTO

Los precios. En El Bosque la noche de alojamiento para un perro sale a 15 euros (si son dos, 25, y si son tres o cuatro, 30), mientras que para los gatos el precio es de 10 euros. En Catro Patas, el precio por noche oscila entre 7 y 10 euros, dependiendo del tamaño del animal. «No come lo mismo un san bernardo que un chihuaha», advierte Mar Tejedor.

Juegos al aire libre. Las mascotas salen a jugar al menos dos veces al día en Catro Patas y cuatro veces al día en El Bosque.

Capacidad. El Bosque cuenta con diez gateras y diez habitaciones con camas para perros. La residencia Catro Patas ofrece caniles individuales con capacidad para catorce mascotas.