Cuatro años ahogados por la humedad

Carla Elías Martínez
Carla Elías NARÓN

NARÓN

CESAR TOIMIL

Vecinos de los pisos de la Xunta en Telleiras, Narón, soportan hongos, grietas y agujeros

30 abr 2017 . Actualizado a las 09:06 h.

Hace apenas cuatro años, en abril del 2013, los vecinos que entraban a vivir en los pisos de la Xunta ubicados en la calle Telleiras de Narón no sabían que pronto se meterían en una odisea. En pocos meses comenzaron a aparecer las temidas humedades y, a pesar de haber recurrido a abogados, todavía la Xunta no se las ha arreglado. «A los tres días de salir en La Voz hace un año y medio me llamaron porque me iban a arreglar el agujero de la cocina y el de mi vecina, pero del resto nada», comenta Elena Loureiro. Es una de las más afectadas por esta situación, que cada vez va a peor. Entonces denunciaba multitud de deficiencias como un agujero en el techo de la cocina y agua que chorreaba por sus paredes; y los efectos de la humedad por paredes de toda la vivienda con grietas, y zonas abombadas por el agua. «Solo vinieron a arreglar lo de la cocina, me dijeron que para el resto había que hacer un presupuesto, y desde entonces se están pasando la pelota entre las oficinas de A Coruña y Santiago del Instituto Galego de Vivenda e Solo», explica la afectada.

Y un año y medio más tarde residir en su vivienda se ha hecho casi inaguantable. «La habitación tiene tanta humedad que yo creo que ya hay hongos. El olor no se puede aguantar y creo que lo único que puedo hacer es intentar cambiar todos los muebles para otra. Abres el canapé y la ropa que tengo guardada no vale para nada», lamenta. A pesar de que se trata de unos pisos sociales, critica que los residentes pagan el alquiler y el IBI sin que nadie tome cartas en el asunto. E, incluso, se ha visto obligada a poner su situación en manos de un abogado. «A mi no me pueden tener yendo de A Coruña a Santiago como si fuera ir a Ferrol. Y esto ya no es solo por el olor, es que es insano», lamenta.

Agua en los trasteros

Detalla que los problemas se extienden por todo el edificio, además de una grieta que cada vez tiene mayor tamaño en uno de los bajos. Las humedades de los trasteros y escaleras, de las que ya advertía hace año y medio, se han agravado. «En los trasteros entraba el agua y ya hay agujeros», describe. Uno de los problemas de este edificio que les explicó la Xunta cuando empezaron las deficiencias está relacionado con la impermeabilización de una de las fachadas, lo que origina la humedad de la pared y el frío de las estancias que dan a esta fachada. «Las ventanas que dan atrás tampoco las han arreglado», añade.