El aumento del tráfico de drogas en Freixeiro reaviva las protestas vecinales

NARÓN

La directiva de Virxe de Fátima pide más policía en el entorno del campamento

27 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El campamento de Freixeiro, en Narón, calificado por la propia Policía como el mayor supermercado de la droga del norte de Galicia, ha vuelto a reavivar las protestas vecinales. Tras unos meses de cierta calma, derivada de las últimas redadas policiales, los residentes en la zona denuncian un considerable aumento de la actividad en el entorno del asentamiento chabolista, en el que entran y salen coches constantemente, entre los que incluso figuran taxis de la provincia de Lugo.

De hecho, la presidenta de la asociación de vecinos Virxe de Fátima, de Freixeiro, Maribel Mouriz, ya abordó el tema con el concejal de seguridad de Narón, al que planteó la necesidad de que la Policía tenga una mayor presencia en la zona.

La responsable vecinal aseguró que se están dando algunos casos de robos que relacionan con la compra de estupefacientes. Así, relató el caso de una residente en el barrio a la que hace unos días le desapareció una carretilla. Por la noche habían ladrado mucho los perros y la mujer, provista de un palo, se dirigió al campamento, en el que se encontró con un montón de carretillas que habían sido intercambiadas por droga y, sin mayor problema, la invitaron a que se llevara una.

La presidenta vecinal asegura que la mayoría de los coches que van al campamento entran por un vial que hay al lado del transformador, que queda un poco apartada de las casas, pero otros lo hacen por las viviendas sociales de Amenadás o por la zona del río. «Hay rapaces da zona que estiveron a tratamento e incluso estaban traballando, pero ao quedar no paro pola crise a maioría volveron a recaer e eses entran polo frente, porque non lles importa que os vexan», manifestó Maribel Mouriz.

Los vecinos también se muestran indignados por el proceder de un grupo de chavales del campamento, niños de entre 10 y 15 años, que se dedican a tocar el timbre en las viviendas a altas horas de la noche y después se marchan, causando alarma en el vecindario.

El asentamiento chabolista de Freixeiro ya fue objeto de varias redadas policiales y, de hecho, algunos de sus miembros aun se encuentran en prisión. Al tratarse de un espacio abierto, en el que las construcciones están intercaladas entre la maleza y hay mucho terreno libre, la Policía nunca halló grandes cantidades de droga como las que se supone que se mueven en ese lugar, porque resulta difícil encontrar las escondites y los residentes hacen labores de vigilancia.