Cinco clanes locales lideran el narcotráfico en el norte de Galicia

NARÓN

Campamentos localizados en Ferrol y Narón reciben cada día la visita de centenares de drogodependientes

04 feb 2023 . Actualizado a las 13:26 h.

El campamento gitano de Freixeiro, situado en el lugar de Amenedás, en Narón, es, según fuentes policiales, el principal supermercado de la droga del norte de Galicia. Pero no es el único, porque existen otros poblados de Ferrol y Narón, algunos de ellos chabolistas pero otros con auténticos chalés de lujo, en los que también se han realizado varias redadas contra el tráfico de estupefacientes y las fuerzas del orden tienen constancia de que se siguen vendiendo drogas.

De hecho, en el balance sobre la tasa de criminalidad de 2015 que acaba de hacer público el Ministerio del Interior se refleja una bajada de todos los delitos y faltas en la zona , a excepción de los relacionados con el tráfico de drogas, que experimentó una subida del 50 %.

Pero también hay payos, pertenecientes a diferentes clases sociales, en el punto de mira de las fuerzas de seguridad por dedicarse al tráfico de drogas.

En el caso de los campamentos, la policía realiza constantes operativos de control de los accesos al ya citado asentamiento de Freixeiro, así como al Modeluno, situado en las proximidades de la carretera de Catabois; Los Peinados, en el vial de San Pedro; Los Chaquetas, una miniciudad ubicada en la parte posterior de la nave de Decathlon; el de Rocky, integrado por varios chalés que están localizados en la zona de Río do Pozo; y Lupín, en un lateral del cementerio de Catabois.

Los agentes identifican a los compradores y levantan las oportunas actas de incautación de las sustancias intervenidas, que son las que sirven de base en un momento determinado para obtener la autorización judicial para realizar las entradas y registros.

El liderazgo en la venta de estupefacientes lo tiene Freixeiro, al que se tiene constancia, precisamente a través de las actas de incautación a drogodependientes, de que acuden personas de todo el norte de Galicia e incluso de Asturias. En este asentamiento, integrado por una veintena de chabolas, se efectuaron varios operativos de entrada y registro a lo largo de los últimos años, si bien siempre se encuentran pequeñas cantidades de droga por la dificultad de descubrir los lugares en los que la tiene escondida o enterrada.

Por su parte, el campamento Modeluno, en el que, según fuentes consultadas, últimamente descendió el tráfico, tiene fama de ser el que vende la droga más pura, con clientes que se desplazan desde Burela y Chantada, entre otras localidades.

Trasiego de clientes

En el asentamiento de Los Chaquetas, el trasiego de compradores -muchos de ellos de A Coruña- durante los viernes y los sábados es impresionante. En este poblado se conserva la costumbre de mantener encendida una hoguera en medio de las casetas, como señal para los compradores de que hay actividad y también para deshacerse de una forma rápida de la droga cuando reciben la visita de la Policía. Una de las redadas más importantes en este emplazamiento fue la practicada en enero de 2013, con 16 detenidos y la intervención de 120 gramos de cocaína, entre otros efectos.

El campamento de Rocky es el de más reciente construcción. Está integrado por familias que proceden del asentamiento gitano de El Vaca, cuyos terrenos fueron expropiados para la construcción de la autovía del puerto exterior. Según fuentes consultadas por este periódico, por la venta en cuestión recibieron alrededor de un millón de euros que les permitieron hacer frente a la construcción de los tres chalés que están ubicados al lado del polígono industrial Río do Pozo, en una finca cerrada con murallas. La redada antidrogas más reciente fue la realizada precisamente en el campamento de Rocky a principios de enero del año pasado. La policía detuvo a siete personas de una misma familia, que quedaron en libertad tras declarar en el juzgado, y se incautó de pequeñas cantidades de heroína, cocaína y hachís.

Testimonio

Iván es un joven de Ferrol que está en proceso de desintoxicación de las drogas pero que, según el mismo reconoce, tiene constantes recaídas. Consume heroína, acude solo a comprarla a alguno de los campamentos y asegura que entró en el mundo de las drogas por «soledad».

En la actualidad, dos micras de cocaína o heroína se venden a entre 12 y 15 euros, y el medio gramo sale de 40 a 50 euros. No obstante, los precios varían según el lugar de compra y la pureza de la droga, y en algunos campamentos ya no venden cantidades inferiores a medio gramo.

Andrés tiene que conformarse con dos micras por día, cuando consume, porque el bolsillo no le da para más, pero conoce a gente con trabajo y buenos salarios que puede llegar a consumir cien euros diarios o incluso más. Asegura que los que roban para abastecerse son los menos, porque la mayoría vive de su trabajo o de una pensión.