El mítico cine Zárate, un ejemplo de estilo ecléctico de los años veinte

Carla Elías Martínez
Carla Elías MUGARDOS

MUGARDOS

josé pardo

La arqueóloga Xulia Vidal y el arquitecto Carlos Henrique Fernández destacan la importancia del edificio mugardés

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«El Zárate está en la memoria de todos los mugardeses y solo por eso ya debería salvarse», defiende la arqueóloga local Xulia Vidal. La investigadora ha estudiado la historia del Ideal Cine Zárate, un trabajo que presentó en un congreso de arqueología industrial celebrado en Asturias en el año 2009, cuando ya alertaba de que se encontraba en un estado ruinoso. Casi una década después, el Concello tan solo acometió un obra en el tejado, durante el pasado mandato del PP. Ahora, con el tripartito de gobierno, EU, ICM y BNG, se ha desatado la polémica al plantear el debate de su derribo tras las conclusiones de un estudio de patologías y viabilidad estructural del cine. «Se apuntan tres posibles opciones de intervención: reparación de los elementos estructurales, mantener las fachadas como elementos de cerramiento, y demolición y reconstrucción (...) Valorando el nivel de daños que presentan los elementos estructurales del edificio y el coste y complejidad que supondría su reparación (además de que una estructura como esta, reparada nunca alcanzará las garantías y prestaciones de una nueva), nuestra recomendación sería su demolición y reconstrucción», recoge el documento.

El Zárate es uno de los pocos ejemplos de este tipo de arquitectura de los años veinte. Recibió su nombre del indiano mugardés Pedro Zárate Doménech. Adquirió en 1924 el solar sobre el que construiría la sala cinematográfica, y el arquitecto Eduardo Rodríguez-Losada Rebellón diseñó el edificio. «Es un ejemplo de arquitectura ecléctica, que mezcla los estilos art decó, modernismo y neoclasicismo», explica. Recalca que se ha convertido en un emblema de Mugardos. «La gente lo tiene en su memoria. Recuerdo, cuando hacía el estudio que me contaban anécdotas como que en aquella época había que elegir entre cenar o poder ir al cine porque no había dinero para todo», comenta. El edificio fue inaugurado el sábado 29 de mayo de 1926 «con la renombrada actuación argentina de Les Pantaleoni y Aurora Gago», recoge la arqueóloga en su estudio, tal y como quedó plasmado en la prensa de la época. La sala contaba con otra gran obra, un telón del pintor Felipe Bello Piñeiro, que se perdió con el paso de los años.

Quedan muy pocos ejemplos de salas cinematográficas de esta época en la comarca. «En Ferrol está el cine Rena, que también es del mismo arquitecto. El edificio está abandonado y en ruinas, sin tejado y se ve que está lleno de maleza dentro. En Ferrol, por ejemplo, se conserva y se le da mucha importancia a la arquitectura de Ucha, y esto es del mismo estilo y de la misma época, y encima un edificio que podría ser público, no viviendas. Y en Maniños está el cine Adriano, que están intentado reimpulsar», detalla Xulia.

Pujanza de los catalanes

«Un pueblo sin memoria histórica es un pueblo desorientado», denuncia Carlos Henrique Fernández Coto, arquitecto y presidente de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego. Destaca que el antiguo cine mugardés es un ejemplo de arquitectura indiana y, además de la importancia en sí del edificio, «forma parte de la historia de los últimos años de Mugardos. «Es un símbolo de la pujanza de un sector catalán emprendedor que se instaló en varias rías de Galicia, Mugardos, A Pobra do Caramiñal o Bueu». Explica que desarrollaron la industria del salazón y las conserveras y de forma paralela «impulsaron el ocio y cultura». La entidad se reunió con representantes del gobierno local para intentar involucrar a expertos en el área y tratar así de buscar la posibilidad de conservar parte del inmueble.

El edificio fue adquirido por el Concello en el año 2007, un ejercicio después de que se empezase a impulsar un proyecto para su rehabilitación y conversión en un centro de día. El bipartito de entonces en la Xunta firmó un convenio con el gobierno local que dirigía el nacionalista Xosé Fernández Barcia, aunque no llegó a materializarse.