Cien kilómetros para calentar

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

El entrenador y cuatro jugadores de O Parrulo viajan desde Lugo a Ferrol, al menos cinco días de la semana, para entrenar en A Malata

11 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre se expresa, a modo de cliché, que lo que se ve en los partidos es únicamente la punta del iceberg de un arduo trabajo. Debajo de la superficie, más allá de los entrenamientos y un cierto sacrificio en la vida personal -va de la mano con el deporte-, cinco integrantes de O Parrulo Ferrol suman 220 kilómetros a diario en el coche.

Con el timón del equipo, el técnico Diego Ríos, también al volante del automóvil, viajan entre Lugo y A Malata uno de los capitanes, Miguel Muñoz; los dos porteros habituales, Illi y Brais García; y Diego Núñez. «Este es el cuarto año que lo hago y estoy acostumbrado, pero se hace duro, sobre todo cuando llegan los meses de diciembre y enero, cuando los días son más cortos, y prácticamente viajamos de noche todo el camino», comenta el entrenador.

El preparador sale con el coche desde su casa y recoge a Miguel, que va en el asiento delantero, Illi y Diego Núñez en O Ceao, donde les cuadra bien a todos. A mitad de camino, entre Viveiro y As Pontes, se sube Brais, que estudia en el concello de A Mariña. Precisamente las ocupaciones académicas, laborales y familiares son las que los frenan a mudarse a Ferrol. «Al final cada uno tiene allí su vida y se hace complicado», explica Diego Núñez.

«Se nota porque entre los 110 de la ida y de la vuelta son muchos kilómetros, y al final perdemos más de tres horas, en las que si estás en el coche, no estás en otro lado. A todos nos quita tiempo, está claro», señala Ríos. Esta temporada están viajando unos cinco días a la semana, que son seis cuando juegan en casa. «La carretera es muy cómoda, porque es todo autovía. Además, ahora por suerte voy con gente. El primer año iba solo y se hacía mucho más largo», añade.

Núñez asegura que el míster no saca la pizarra cuando va al volante. «En el coche mejor que no lo haga», bromea, y desvela que como conductor los trata «bastante bien». «Los trayectos se hacen amenos. Hay veces que vamos más cansados y dormimos algo o aprovechamos para mirar el móvil. La verdad al ir cinco se pasa mejor que yendo pocos. Vas más entretenido», destaca. Él y Brais no suelen habla mucho, Illi mira más a su smartphone, y Miguel y Diego Ríos son los que más charlan de la liga o los jugadores. «Hay viajes en los que no se habla absolutamente de nada y otros en los que se habla mucho, depende», comenta el técnico. «Es que hay veces en las que estás deseando llegar a casa para cenar, meterte en cama y dormir», apunta el cierre lucense. 

Un vehículo con premio

Mientras en las tres temporadas anteriores, Diego Ríos utilizaba su propio coche, en esta O Parrulo llegó a un acuerdo con el concesionario Motorkar Ferrol y Hyundai para la cesión de un modelo i30. «Es de agradecer, porque solo yo sé lo que se gasta el coche. Solo el año pasado le hice al mío 25.000 kilómetros. Este es un coche pequeño, pero muy confortable, completo y muy equipado a nivel de seguridad, es una gozada», valora el míster. Además, la firma coreana da nombre al premio que el club dará al final de la presente campaña al mejor jugador del equipo.