Aviso a la frivolidad política

Manuel Couce DESDE LA ALAMEDA

FERROL CIUDAD

16 jul 2017 . Actualizado a las 20:29 h.

Aquella idea gloriosa del expresidente Aznar de que todo el suelo es urbanizable hizo temblar los cimientos de la tierra, y explosionó la burbuja inmobiliaria, y en Ferrol ya hay demasiadas casas sin barrer, edificios con estructuras hoy próximas a la ruina, obras inconclusas y numerosas viviendas nuevas vacías. A un amigo le regalaban un edificio de cuatro plantas vacías, y no aceptó, por otro lado los promotores inmobiliarios otean el horizonte mirando a ver qué hacen con los que tienen a disposición, y las entidades financieras, con un montón de viviendas, son incapaces de recuperar lo prestado y el precio de esos bienes hipotecados no llegan a alcanzar, en algunos casos, la décima parte de los que fueron tasados. Me cuenta un gestor inmobiliario que en Ferrol, si por buen piso te piden veinte millones de las antiguas pesetas, le ofreces diez en mano, te entregan las llaves, ya. 

Ante esta situación tan demencial, el constructor del ladrillo ha pasado del coro al caño, ha reconducido su trabajo hacia las reparaciones, rehabilitación, reformas y obras menores, con la consiguiente pérdida de empleos. En las nuevas edificaciones abundan los pisos «patera» a la orilla del mar, y no se exige que se respeten los valores arquitectónicos o históricos, son aceptadas por un conservadurismo acientífico y recalcitrante. Con este panorama, aquí no se puede hablar de ampliación sostenible de la ciudad. Véase lo que está pasando con Ferrol Viejísimo, con vecinos sentados de sol a sol, esperando a la melancolía del día siguiente.

Para evitar esta situación es preciso un planeamiento riguroso que no existe, y si lo hay no se cumple. La Ley Económica Sostenible fue un paso imprescindible para integrar las políticas urbanas sociales y educativas a las actuaciones en las ciudades, pero en esta, que no somos capaces de salir, tiene averiados los motores de crecimiento. Vivimos en un mundo globalizado, cada vez más urbano en las ciudades desarrolladas, las que no crecen ni lentamente a pesar de que tienen pilares fundamentales para ello, lo seguirán pasando mal sus moradores, con las empresas bajo mínimos, o desapareciendo, y como los ciudadanos son los protagonistas, mientras persista este desempleo y aquí la micropolítica, no habrá oportunidades económicas ni mejor calidad de vida. Y este empate será finito.