Alumnos convertidos en profesores en busca de la integración

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Estudiantes de la Escola de Idiomas enseñan español de forma desinteresada a inmigrantes y personas en riesgo de exclusión

27 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Marian Rose Ablordey aterrizó en Ferrol el otoño pasado procedente de su Ghana natal. Lo hizo para reunirse con un su marido -trabajador en una empresa auxiliar de Navantia- y sin saber ni una sola palabra de español. Ocho meses después, la comunicación sigue siendo difícil, pero ahora al menos ya es capaz de manejarse para saludar a sus vecinos o hacer la compra. El mérito se lo debe a sus ganas de aprender, pero también -y en gran parte- a las «clases de integración» que descubrió en la Escola de Idiomas (EOI) de Ferrol, una iniciativa que comenzó a funcionar este curso 2016-2017 gracias a un acuerdo entre Cáritas y la asociación cultural Goethe, a la que pertenecen unos doscientos alumnos y ex alumnos del centro ferrolano.

Lo curioso de la iniciativa es que son los propios estudiantes de la agrupación los que se encargan de impartir estas clases, sin recibir nada a cambio y con el único ánimo de aportar su granito de arena a la integración social de los inmigrantes y personas en riesgo de exclusión a los que se dirige el programa. «La idea surgió a principios de curso, pensando en los refugiados sirios que decían que iban a llegar a Galicia. Le presentamos la iniciativa a Cáritas, les gustó y, aunque al final los sirios no llegaron, las clases se pusieron igualmente en marcha con cinco personas. La demanda fue aumentando mes a mes, tanto que en este curso llegamos a tener en las clases de integración a unas treinta personas de diecisiete nacionalidades diferentes», explica Lucía Saavedra, alumna de inglés en la EOI, presidenta de Goethe y una de las estudiantes que se prestó a convertirse en profesora del programa desarrollado con Cáritas.

Más extranjeros

A esta pequeña Torre de Babel que se formó en las aulas de integración de la Escola de Idiomas se suma, además, otro grupo de extranjeros a los que Goethe da clases de español al margen del canal de Cáritas. En sus filas se pueden encontrar a inmigrantes que quieren construir una nueva vida en Ferrol, pero también a extranjeros de paso en la ciudad. Es el caso del búlgaro Mariyan Dimitrov, un estudiante Erasmus que elogia la cálida acogida que le brindaron los alumnos de Goethe. O el de David Milz, un alemán que arribó a Ferrol para trabajar como au pair a principios de este curso y que hoy mismo regresará a su país.

Este joven de 21 años cuenta que llegó a la ciudad sin saber nada de español -precisamente fue contratado para hablarle en alemán a la niña a la que cuidaba- y asegura que en las clases impartidas por los voluntarios de la EOI no solo aprendió a manejarse con el idioma, sino que también encontró un medio para conocer gente. «Se ha hecho muy amigo de mi hija y de su pandilla y también se apuntó a clases de baloncesto en el Club Ferrol, donde mi marido es entrenador», cuenta Fátima Suárez, una de las voluntarias de la asociación que dio clase de español a David a lo largo de este curso.

Y es que el fin último que persigue la iniciativa es la integración. «En las clases aprenden el idioma, pero luego siempre nos vamos a tomar un café o organizamos alguna salida, así que el aula se ha convertido en un lugar para conocer gente y hacer amigos», advierte Manuel Yáñez, miembro de la directiva de Goethe, quien llama a profesores retirados y a todos los interesados a colaborar en el programa.