Aesta altura de la vida -tiene coña la expresión para alguien que mide uno sesenta-, la vista ya no es lo que era. Y después de una noche toledana, las chiribitas -tamén chamadas faíscas- bailoteaban entre mis ojos y el periódico que ojeaba durante el desayuno. Lo advierto para que no tomen en su sentido literal lo que no es más que una suposición. Porque no puedo asegurarlo, pero me pareció leer un texto en la sección de Cartas al director que decía algo como «Los abajo firmantes, personas de orden y, en su mayoría, de misa dominical, nos sentimos profunda e íntimamente heridos en nuestra sensibilidad cívica y democrática, por el bochornoso e infecto, a efectos de urbanidad al menos, espectáculo protagonizado por el alcalde de Ferrol y la portavoz socialista en la última sesión plenaria de la corporación. Con tales comportamientos indecorosos, qué ejemplo se da a nuestros niños, los ciudadanos del mañana». Creo que el texto se extendía en más dilatadas consideraciones de este tenor. Firmaban el manifiesto Luis Bárcenas, José Manuel Baltar, Francisco Granados, Francisco Camps, Ricardo Costa, Jaume Matas, Luis Sepúlveda, Ana Mato, Alberto López Viejo, José Toja Parajó, Jesús Ángel Pacheco, Matías Carrillo, Alejandro Garrido, José Luis Mosquera, Luis María Huete, Luis Vilanova, Eduardo Zaplana... y así hasta varios centenares. Concluida tan balsámica lectura, di en pensar que, después de todo, qué bien, aún quedan personas con el alma sensible y a salvo del encanallamiento general. No deja de ser un consuelo, en medio de tanto latrocinio. Me sentí mejor y plenamente persuadido de que una discusión en un pleno municipal es el colmo de la indecencia.