El dirigente recalca que «el respeto por los rivales y los árbitros son pilares esenciales de este deporte»
27 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Desde que comenzó a jugar al rugbi cuando estudiaba Derecho en Madrid, Cristóbal Dobarro ha pasado por todos los estamentos de un deporte que no para de incrementar el número de licencias cada año en España. «Creo que ya somos el quinto deporte colectivo», apunta quien lleva cinco temporadas al frente del club de su ciudad natal y cuya primera plantilla pelea por ascender a la División de Honor B. Pero el verdadero triunfo de Dobarro y la junta directiva que lidera es el de haber logrado que el balón ovalado se enraíce en A Malata, que cada vez haya más gente dispuesta a acercarse a un mundo donde se mira mejor a quien es honesto que a quien solo le vale ganar.
-¿Cuál es la clave para sostener un club humilde, de las dimensiones del que usted preside?
-Con el esfuerzo desinteresado de mucha gente. Aquí nadie está por dinero. Desde los diez directivos, hasta los jugadores, padres de jugadores, delegados, entrenadores... hacemos las cosas por nuestra pasión por el rugbi. De otro modo sería insostenible. La mayor parte de nuestro presupuesto se escapa en gastos de desplazamientos y federativos. Así que nos repartimos las tareas: uno se encarga del material, otro de las redes sociales...
-¿Por qué cree que el rugbi está de moda en España?
-Estoy convencido de que es por los valores que transmite y que son tan positivos para la sociedad. En el rugbi el respeto hacia el trabajo de tus compañeros, ser honesto con ellos; el respeto por tus rivales y por los árbitros son pilares esenciales.
-Cuando ve las que se lían en el fútbol con los árbitros ¿qué piensa?
-A mí me gusta el fútbol como a muchos de los que practicamos rugbi, pero sí que es cierto que todo el envoltorio que rodea al fútbol es muy extraño desde nuestra perspectiva. No solo no responde a los valores del rugbi, sino que creo que no responde a los del deporte. El otro día leí en una publicación inglesa una frase que puede resumir estas diferencias de filosofía: «El fútbol es un deporte donde en 90 minutos 22 jugadores simulan en algún momento que están mal, mientras el rugbi es un deporte donde 40 jugadores simulan durante 80 minutos que están bien».
-¿Siente que en Ferrol también está arraigando esa afición por el rugbi?
-En nuestro club hemos dado un salto importante, tanto en el número de jugadores [ya supera los 150 sumando todas las categorías] como en la masa social que nos apoya. Y solo hay que ver con qué sentimiento defienden nuestros colores los chicos de la base para saber que estamos creando tradición.
-¿Desde qué edades se puede empezar a practicar?
-Aquí comienzan sobre los seis y siete años, pero hay en otros sitios donde lo hacen más temprano. Desde que tienen las habilidades psicomotrices lo suficientemente desarrolladas ya pueden familiarizarse con el deporte.
-¿Al ser un deporte de contacto los padres no tienen miedo?
-Para nada. Los niños se acercan al rugbi de una forma natural. Si les das un balón a uno, el resto va a tratar de quitárselo.
-¿Cómo es el famoso tercer tiempo?
-Es un ágape que celebran los dos equipos y el árbitro al acabar el partido por cortesía del club que actúa como local. Y en el que se habla de todo. Puedes comentar con el árbitro las decisiones y siempre con cordialidad.