Las piedras de la plaza de Armas serán reutilizadas

FERROL CIUDAD

JOSÉ PARDO

Los adjudicatarios de la reforma comienzan a catalogar el material para que se pueda aprovechar en otros emplazamientos

25 mar 2017 . Actualizado a las 08:51 h.

No hay todavía contrato, pero los ganadores del concurso para remodelar la plaza de Armas ya han comenzado con las labores previas que desembocarán en la redacción del proyecto que reformará el espacio más céntrico de Ferrol. Algún miembro del equipo que firmó el diseño Lugar de todas, concibiendo Armas como un espacio abierto, en un solo plano inclinado y con la parte central de tierra compactada, ha comenzado a estudiar in situ la plaza, catalogando las piezas pétreas del recinto y su entorno con el objetivo de que se puedan reutilizar en otros emplazamientos de la ciudad.

Esa es la intención del arquitecto coruñés Carlos Pita, que lidera el proyecto. Alude al valor histórico de piezas de distintas épocas, como las que conforman las aceras de las calles colindantes -Real, Tierra y Rubalcava- o de las que conforman las escaleras que desaparecerán con el nuevo proyecto, que las sustituirá mediante la pendiente.

Además de por razones históricas, nostálgicas o económicas la conservación de estas piezas tiene también una motivación más práctica: «Cuanto menos escombro se genere, mejor», asegura el arquitecto, que considera que los bloques de granito de las aceras «tienen un pinta estupenda» y cree que pueden datar de hace casi un siglo.

Pita concibe la futura obra de Armas «como un proceso de rehabilitación delicada». Consciente de las críticas desatadas a raíz del firme de tierra compactada que ocupará los dos tercios centrales del recinto, matiza que no se trata de tierra ordinaria, sino jabre mezclado con cemento, lo que permitirá el drenaje «que exige una ciudad contemporánea». Porque para él, «la ciudad es el lugar de los pies secos».

Una iluminación discreta

En lo que apenas habrá cambios sobre la situación actual es en la iluminación. El anteproyecto diseñado considera que el área cuenta con suficiente iluminación urbana, por lo que apuesta por no aumentar la contaminación lumínica ni el derroche energético. El plan previsto es la inserción entre los árboles de farolas del modelo que contempla el catálogo municipal de mobiliario urbano para A Magdalena, colocando una luminaria entre cada dos árboles. Todo para «evitar deslumbramientos, facilitando la intimidad y la correcta iluminación de la plaza».

El arquitecto señala que «la tendencia actual en los espacios urbanos es a sobreiluminar los espacios, lo que genera un gasto de mantenimiento excesivo. Nuestra idea es conseguir un alumbrado con el menor gasto y que sea lo justo y necesario», defiende.