Vecinos de las Angustias plantean el traslado del botellón a la pajarera

FERROL CIUDAD

Se quejan del ruido, de la basura que queda en la calle y de los orines en los portales

28 feb 2017 . Actualizado a las 08:58 h.

Las quejas vecinales por el botellón no cesan. El bando del alcalde prohibiendo el consumo de bebidas en la calle Pardo Bajo y la alameda del Cantón, acompañado de un refuerzo policial para hacerlo cumplir, no han hecho más que trasladar el problema hacia otro lado, concretamente a la zona conocida popularmente como cenicero, lugar en el que se celebró las dos últimas semanas y tradicionalmente era la espacio habitual para esta práctica.

Ahora son los vecinos de las Angustias los que protestan, tanto por el ruido generado por la aglomeración nocturna de jóvenes como por el estado en el que amanecen al día siguiente las calles.

«Orinan en los portales, en las aceras y contra los coches», señalaba ayer Alberto A., vecino de la zona, añadiendo que los jardines también quedan repletos de basura hasta cerca del mediodía. «El olor a pis era insoportable y el Concello es consciente de que se ha trasladado a otra zona habitada, porque incluso colocaron los contenedores alrededor de la estatua», insistía este vecino, que considera un «absurdo» que no se desplace a un lugar en el que no moleste a los residentes. Se refería, concretamente, a la zona de la pajarera, en la que no hay viviendas que puedan verse perjudicadas.

Según comentaba, él tiene un niño de cinco años y hasta las tres de la madrugada no pudieron dormir, «porque la gente entraba por el callejón de las Angustias como una auténtica caballería». «Me parece muy bien que los chicos se diviertan, pero hay que conciliar a todo el mundo por igual», indicó, en alusión a la prohibición de la calle Pardo Bajo y la alameda del Cantón.

Ana María Pena y Julio Castro también viven enfrente de la plazoleta conocida como el cenicero. Aseguran que esa zona, incluyendo la calle Lugo, se convierte en el inodoro de Ferrol las noches de botellón. Manifiestan, asimismo, que, a pesar de tener los ventanales con sistema de aislamiento, el ruido les impide conciliar el sueño. También aseguran que en ocasiones pasadas, antes del refuerzo del personal de seguridad, la Policía Local respondiese a sus llamadas haciendo acto de presencia pero sin tomar ninguna medida, «porque nos dicen que no tienen personal suficiente».

Por su parte, Alejandro Rodríguez, del Mesón Picasso, incide en la suciedad de las calles, pero manifiesta que lo que más le preocupa es la cantidad de menores que participan en el botellón. El presidente de la Asociación de Vecinos A Magdalena, Luis Taboada, trasladó las quejas de los residentes al alcalde y apuntó el entorno de la pajarera como el espacio más adecuado.