En febrero de 1997, los vecinos iniciaban una serie de movilizaciones para exigir mejoras en el barrio
22 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En febrero de 1997, los vecinos de Caranza se sentían totalmente desatendidos por el Ayuntamiento de Ferrol. Tanto es así que hasta anunciaron que estaban estudiando la posibilidad de segregarse del municipio si el gobierno local no atendía sus peticiones. Así lo recogía La Voz de Galicia en una noticia publicada hace hoy veinte años, el 22 de febrero de 1997, cuando una docena de directivos de la Asociación de Vecinos de Caranza desplegó una pancarta en el Ayuntamiento en la que se podía leer: «Menos promesas e máis feitos. Caranza tamén é Ferro». La entidad inauguraba así un calendario de movilizaciones con las que reivindicaba que se finalizasen las obras del centro cívico, que ya arrastraban medio año de retraso, la ejecución del parque lineal, la desratización del barrio, la mejora del alumbrado público o la reparación de las maltrechas aceras, entre una treintena de peticiones.
En la información publicada por La Voz, los vecinos llamaban «inúteles» a los miembros del gobierno local, entonces en manos del PP, y denunciaban que llevaban un año esperando por una entrevista con el concejal de Tráfico.