Siguen los despropósitos

Manuel Couce

FERROL CIUDAD

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Son muchos los paisanos que se preguntan para qué están los partidos políticos si los problemas se resuelven en los juzgados. Y esto lo estamos viendo a todos los niveles políticos, y también en Ferrol, después de que una oposición municipal sin complejos usara la mayoría «sin ánimo de lucro» para repartirse los cuartos y las dedicaciones exclusivas. Este escándalo les sirvió a los que en teoría no hacen nada para llevar a cabo una malversación política a costa de los fondos municipales, que es lo que le faltaba a esta corporación que tiene de mal humor a los ferrolanos y que no espera siquiera que un rayo de luz se cuele por la claraboya del Palacio Municipal y cambie las hechuras de nuestros gobernantes. Y otra vez más el grupo residual de los socialistas, en una maniobra desesperada para quitarla la dedicación exclusiva a la concejala de Urbanismo, se alió con la mayoría de los populares. Juntos olieron el vil metal y como garantes de la unidad en el Ayuntamiento sacaron el cuchillo jamonero y más euros al peto.

Ante este disparate, los concejales del gobierno acordaron llevar el pacto del pleno al juzgado, y como las leyes tratan de ser lógicas y están cargadas de sentido común, este asunto carece de él. Así, el PSOE, con tres concejales, tendrá dos con exclusiva dedicación, el PP cinco, el BNG uno y el gobierno tres concejales. Con estas evidencias, en la votación, el grupo de Ferrol en Común está haciendo todo para lograr la gobernabilidad, incluso ha llegado el alcalde a proponer que le pongan una moción de censura. Y si no hay coraje para presentarla, que asuman la legitimidad de quienes fueron elegidos por ellos mismos. Pero me temo que ante tal desafuero la justicia tendrá que restituir la lógica. Y escribo esto último con pies de plomo, pues no soy quien para dictar un resultado, pero es lo que está pasando con esta corporación, entre pillos y señores con olor a naftalina, pues este reparto de dedicaciones exclusivas es una estafa. Y lo que nos faltaba, para dejar de hablar de los cuantiosos problemas que tiene esta ciudad, que ahora tengamos problemas de deontología y de guiso. Sé que a los afortunados no les será fácil volver a la normalidad, dándole la razón al sentido común. Porque es coger el camino inverso en este asunto y, como en los relojes, al volver atrás se rompan todos los engranajes, y decir a la ciudadanía que no se equivocaron no es rentable porque despiertan muchas sospechas.