Los pósitos de Ferrol y Barallobre dejan de extraer almeja en el banco de As Pías

FERROL CIUDAD

ANGEL MANSO

La recogida de mejillón para sanear la ría se convertirá en la actividad prioritaria

18 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de dos semanas de muestreos diarios, las cofradías de Ferrol y Barallobre han decidido paralizar por completo la extracción de almeja en el banco de As Pías. La falta de producto de talla comercial se ha ido haciendo más notable, hasta alcanzar el límite actual.

Los cálculos de densidad realizados por los biólogos de ambos pósitos son claros: por la cantidad de bivalvo existente, un mariscador solo podría extraer una media de 1,968 kilogramos al día durante el horario permitido, de 8 a 14 horas, lo que le reportaría únicamente entre 14 y 16 euros cada jornada. «La situación no es nada buena ahora mismo», confirma el biólogo de la cofradía de Ferrol, Félix Cerqueira.

¿Y cuál es la solución? Los pósitos han solicitado, conjuntamente, extender a toda la semana los trabajos de limpieza de mejillón que hasta ayer se realizaban únicamente los viernes. Así, los beneficios que dé la comercialización de este molusco, que está siendo vendido a un cocedero, cubrirá la pausa en la extracción de almeja babosa. De esta manera, aguardan que el banco de As Pías se regenere

La previsión es poner este método en marcha la próxima semana, una vez se reciba la autorización de la Consellería do Mar, a la que enviaron un informe explicando los motivos. «La solicitud es de carácter mensual e iremos prorrogándola dependiendo de la cantidad de mejillón. Cuanto más tiempo, mejor», detalla Cerqueira.

En la primera jornada (28 de enero) extrajeron unas 12 toneladas de ese molusco; en la segunda (10 de enero), sobre 21; y en la tercera, ayer, alcanzaron las 16.

La patrona mayor de la cofradía de Ferrol, Isabel Maroño, lamenta que «no quedaba otra» porque «el banco se está agotando». Las cifras aproximadas que maneja es que después de la Navidad se llegó a un límite negativo de solo 150 euros de ganancia a la semana por mariscador, cuando en una situación normal solía ser de 250.

Además, lamenta que los políticos «parece que se ríen» del tan necesario saneamiento. «Ahora es por la tasa, siempre hay una excusa para que no se ponga a funcionar. Y mientras, hay medio millar de personas esperando por tener una ría sana en la que mariscar», critica. 

Inspecciones «con lupa»

El límite de la talla comercial se mira «con lupa», asegura Maroño. Está establecido, longitudinalmente, en 35 mm, cuando las máquinas criban las que miden menos de 15 mm de ancho, lo que provoca que una gran cantidad de almeja se quede sin comercializar, ahora que los mariscadores aprovechan hasta el último bivalvo del banco.

«Además, los furgones de los inspectores están casi todos los días. Es algo nunca visto», señala la patrona mayor.