Tiempo muerto para Dani Benítez

A. Bruquetas FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

El cuerpo técnico quiere que el jugador descanse hasta que remitan sus molestias

24 ene 2017 . Actualizado a las 08:25 h.

Ha sido uno de los ingredientes claves en la recuperación del equipo. Su capacidad de desborde, desequilibrio desde el costado izquierdo y su facilidad para generar peligro a balón parado lo han hecho indispensable. Por eso el cuerpo técnico comandado por Miguel Ángel Tena quiere que Dani Benítez repose hasta que las molestias en los isquiotibiales que precipitaron su cambio frente al Mutilvera no desaparezcan por completo. Consideran, dado el historial de inactividad que ha tenido, ir con calma.

En este sentido, los servicios médicos del club esperarán hasta esta tarde, cuando el Racing tiene pensado regresar a los entrenamientos, para evaluar cómo se encuentra el futbolista. En el caso de que se encuentre ya en condiciones para reincorporarse al trabajo o haya experimentado una mejoría notable después de los dos días libres que Tena concedió a la plantilla no sería necesario realizarle pruebas diagnósticas. Todo quedaría en una sobrecarga que se comenzó a manifestar durante las sesiones de trabajo de la semana pasada. «Pero si vemos que después de este parón, su situación no mejora, probablemente le haremos una ecografía de la zona afectada para saber con exactitud el alcance de la molestia», explica Carlos Brage, el responsable de los servicios médicos de la entidad.

De todos modos, tanto el jugador como el cuerpo técnico consideran que, en principio, la lesión no debería revestir gravedad, ya que, como reconoció Tena en la rueda de prensa posterior al encuentro frente al Mutilvera, habían acordado que si notaba que esas molestias musculares iban a más sería cambiado. Por eso al principio de la segunda parte abandonó el campo y en su lugar entró Brais Abelenda.

Hasta este contratiempo, Dani Benítez había conseguido jugar con regularidad después de que en el inicio del curso le costase aclimatarse a la carga física de la competición. Tras más de dos años parado, primero por su positivo cuando era jugador del Granada y, más tarde, por una grave lesión cuando había firmado en el Alcorcón, el cuerpo del balear no digería bien ese retorno a exprimirse cada día sobre el césped. «Tampoco mi estilo de juego me ayuda mucho, porque vivo de las arrancadas, de ser un jugador explosivo», reconocía el propio Benítez durante esa etapa en la que no acababa de arrancar.