Sin coche porque el párking cerró a las 10

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

La empresa de los aparcamientos subterráneos reacciona a la polémica generada por quedar sin personal de noche. Colocó un cartel para explicar cómo acceder al recinto

19 ene 2017 . Actualizado a las 08:51 h.

La polémica suscitada a raíz de que una conductora se quedara de madrugada sin poder sacar el coche del aparcamiento subterráneo porque no consiguió acceder al mismo obligó a reaccionar al gobierno municipal y también a la empresa adjudicataria del servicio. La institución municipal e Interparking estuvieron en sintonía: no hay problema para sacar los vehículos porque tanto el párking de la Praza do Ferrol como el de la Constitución, no están desatendidos por la noche. Pero la realidad parece muy distinta y ahí está el caso de la mujer que no consiguió su coche y estuvo a punto de tener que ir a dormir a un hotel si no fuera porque una amiga que la acompañaba la llevó a su casa.

Es cierto que no se produce el cierre de los aparcamientos aunque el empleado de la cabina se marche a las diez de la noche. Los clientes son atendidos a través de un telefonillo por personal de lo que la empresa llama «control room» y que está en Madrid o Barcelona. Una prueba efectuada ayer al mediodía reveló que la atención por este sistema fue instantánea. Dicen desde Interparking que cualquier incidencia la resuelven por esta vía. Si el asunto se arregla con una explicación, prueba superada; si no, dan aviso a un empleado que se queda de guardia desde las diez de la noche hasta las seis de la madrugada. Esta persona, aseguran desde la empresa, se planta en un par de minutos, en los aparcamientos de San Fernando o de la Estación de Autobuses, para resolver cualquier incidencia mayor.

Este sistema está operativo desde principios del pasado verano y, hasta ahora, el operario de Santo Domingo apenas tuvo que salir dos o tres veces por cuestiones de carácter técnico que no se podían resolver vía teléfono.

La información que el conductor percibe es otra cosa muy diferente, aunque haya varios avisos de que el establecimiento permanece abierto las 24 horas del día. El usuario debería saber claramente lo que pasa a partir de las diez y cómo actuar desde el mismo momento en que entra con el vehículo. Pero no ocurre así.

La empresa asegura que basta con introducir el tique que se extrae en el momento de meter el coche en una pequeña máquina amarilla. Haciendo eso, el ascensor se abre y lleva a la planta donde esté el coche. ¿Y qué ocurre si se olvida en el vehículo el cartocillo? Se puede liar y, de hecho, se lió. Habría que pulsar un botón de la maquinita donde aparece un teléfono y desde el «control room» le abrirían.

Parece fácil, pero no lo es tanto sobre todo si no hay mucha luz, si se va solo, si no se ve bien y otra serie de condicionantes que deberían ser tenidos en cuenta. Carteles perfectamente visibles podrían ayudar a resolver posibles problemas. Pero no los había ayer por la mañana. Por la tarde apareció uno. La empresa lo colocó encima del mecanismo que indica que hay que meter el tique en la máquina.

Pero habría más movimientos por parte de la adjudicataria. Encima del ascensor había a las doce de la mañana una pegatina con grandes caracteres de un número al que llamar en caso de emergencia. Por la tarde no estaba.