Pedro Sarmiento lleva la batuta de un proyecto que ayuda a crecer a los niños a través de la música; en Ferrolterra ya se han sumado al invento dos colegios y en breve lo harán otros siete
15 dic 2016 . Actualizado a las 10:22 h.Desde hace ya tres cursos académicos, como por arte de birlibirloque, las aulas del CPI San Sadurniño se convierten en una compañía de ópera en la que los alumnos son los protagonistas. Ello solos preparan las producciones, repartiéndose las tareas que conlleva un espectáculo de tal calibre: desde la escritura del libreto hasta el diseño de la escenografía, pasando por la iluminación o el reparto de los papeles. Y todo gracias al Proyecto LÓVA (La Ópera, Vehículo de Aprendizaje), un original programa educativo que se desarrolla en colegios de toda España desde hace ya una década, cuando llegó a Europa procedente de Estados Unidos. Actualmente, en Galicia solo lo están llevando a cabo el CPI de San Sadurniño y As Mirandas de Ares -que se acaba de sumar al invento-, pero pronto lo harán otros siete centros más de Ferrolterra.
Según explica el pianista de jazz Pedro Sarmiento, coordinador del proyecto LÓVA, la ampliación de esta particular red de centros enamorados de la ópera en la comarca será posible gracias al Centro de Formación y Recursos (CFR) de Ferrol, uno de los pocos lugares de España donde el verano que viene podrán formarse los profesores que quieran implantar el programa en sus colegios durante el curso 2017-2018. «Hasta el momento, esta formación solo se impartía en el Teatro Real de Madrid, pero el año que viene también se podrá recibir en Ferrol, en el Palau de las Artes de Valencia, en el Liceo de Barcelona y en el Kennedy Center de Washington», apunta Sarmiento.
Pero, ¿qué es lo que persigue exactamente el proyecto LÓVA? Al contrario de lo que algunos puedan pensar, la creación de una pieza musical y su estreno final no es el objetivo, sino solo una parte (fundamental, eso sí) del mismo. «El proyecto se basa en delegar responsabilidades y confiar en las capacidades del alumno. Partiendo de un tema que les interesa y que les toca emocionalmente, los alumnos deben montar una ópera y en ese proceso se impulsa el aprendizaje de todo tipo de competencias», explica Sarmiento.
Con el objetivo de llegar bien preparados al estreno, los alumnos deben trabajar en equipo y tomar decisiones de forma conjunta. Pero eso no es lo único que aprenden a través del proyecto LÓVA. La experiencia también les sirve para aumentar la confianza en sí mismos y creer en sus propias capacidades. «Muchos padres nos preguntan por qué en vez de utilizar la palabra ópera no usamos el termino musical o teatro musical. Y yo siempre les pongo un ejemplo: si tú ves a unos niños que están jugando al fútbol y dicen que están en la Champions League, tú nos les vas a decir que están en Tercera Regional, ¿no? Pues eso mismo es lo que ocurre con los chavales del proyecto LÓVA. Les decimos que deben montar una ópera, porque ese es un reto difícil, lo más inalcanzable, pero creemos que ellos lo pueden lograr. A los niños hay que transmitirles el mensaje de que son capaces de hacer muchas cosas, de que pueden cambiar el mundo, y no al revés», reflexiona Sarmiento.
Y si la propuesta de montar una ópera supone todo un reto para los alumnos, no menos desafiante resulta el proyecto para los profesores. «Los maestros que participan en este programa tienen que estar muy involucrados y deben ser conscientes de que se encontrarán con muchas dificultades en el camino», advierte Pedro Sarmiento. De ahí la importancia de coger fuerzas y adquirir habilidades en los cursos que desarrolla LÓVA para los maestros. Una formación que en verano llegará a Ferrol de la mano de Peter Hoyle y Ruth McGinn, la maestra americana que trajo el proyecto a España en el año 2006.
EN CORTO
Por toda España. Desde su puesta en marcha, el proyecto LÓVA se ha llevado a cabo en 130 colegios de 15 comunidades, contando con la participación de unos seis mil alumnos.
Autónomos. Durante las funciones, los alumnos son los únicos responsables del espectáculo y los profesores se sientan entre el público.