El Sánchez Aguilera se cae a trozos 14 años después de perder su uso

FERROL CIUDAD

La joya urbanística del convenio de Defensa se enfrenta a un futuro incierto

08 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En menos de dos semanas, el Sánchez Aguilera cumplirá catorce años desde que perdió su uso militar. El acuartelamiento del Regimiento de Artillería Antiaérea número 76 del Ejército de Tierra cerró sus puertas un ya lejano 19 de diciembre del 2002. Y desde entonces el tiempo transcurrido se mira en el reloj del abandono. La joya urbanística del convenio con Defensa y una de las parcelas más valiosas para el crecimiento de la ciudad agoniza. La próxima demolición de la cubierta de una de las naves perimetrales del recinto es una gota en el océano de deterioro de un lugar de casi 100.000 metros cuadrados.

El Concello deniega desde hace un tiempo cualquier tipo de solicitud realizada para poder penetrar muro adentro, alegando el riesgo que entraña. El recorrido realizado por La Voz hace apenas nueve meses así lo atestigua. Los pabellones que un día albergaron a los soldados son hoy almacenes de inmundicia y restos varios. Parte de los tejados de uralita se han venido abajo. En lo que un día fueron los baños hoy crece la vegetación, tras caer alicatados, falso techo y la cubierta. El salón de actos que hacía las veces de teatro y de sala de fiestas fue expoliado. Y por las distintas naves se esparcen residuos y piezas de distinta índole. Los espacios libres se han convertido en un desguace al aire libre, con, literalmente, cientos de vehículos abandonados a la espera de su destino final.

Pieza clave y estratégica

Así que si el Concello tendrá que invertir más de 21.000 euros solo para tirar esa cubierta concreta, es difícil cuantificar la cifra necesaria que garantizaría la seguridad en la treintena de inmuebles que componen el conjunto en ruina. Esta pieza clave en el futuro de Ferrol todavía tiene un destino incierto. El actual es el quinto gobierno local que tiene entre manos el convenio. Tres alcaldes llegaron incluso a estampar su firma en otros tantos textos en apenas una década -Juan Juncal en 2004, Vicente Irisarri en 2007 y Rey Varela en 2015-, pero ninguno consiguió ejecutarlo de forma efectiva.

Y ahora de nuevo vuelve a planear la incertidumbre sobre unos terrenos estratégicos que debían actuar como sutura entre el centro de Ferrol y barrios periféricos como Santa Mariña u O Raposeiro y constituir la operación urbanística más importante de las últimas décadas en Ferrol. El gobierno local permanece a la espera de la reunión con la ministra de Defensa para aclarar dudas. Mientras tanto, espera también el Sánchez Aguilera. Y desesperan los ferrolanos.