«Ferrol me da energía»

Antón Bruquetas FERROL/ LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSÉ PARDO

La internacional finlandesa Vilma Kesänen traza una visión optimista de la ciudad y alaba el trato del club

03 dic 2016 . Actualizado a las 14:46 h.

Se detiene al final de la pasarela de madera que desembarca en la arena de la playa de Doniños y levanta el móvil para hacer unas fotos que acabarán engordando alguna red social.

-¿Tienes prisa?, dice.

-No

-Me podría pasar aquí todo el día viendo el mar. Me encanta.

El cielo ha amanecido cubierto, pero entre las nubes poco compactas el sol empieza a asomarse sobre el Atlántico. Sopla una ligera brisa del nordeste que ordena el oleaje en sus últimos metros antes de disiparse contra la costa. Varios surfistas flotan en el agua mientras Vilma Kesänen (Tampere, Finlandia, 1988) continúa accionando la cámara de su teléfono. Internacional por su país, es su segunda temporada en el Universitario. Llegó hasta Ferrol por la recomendación de su compatriota Heta Korpivaara, con la que coincidió en el Torpan Pojat Helsinki, y que le ofreció buenas referencias del club.

-¿Qué le decidió a hacer las maletas y mudarse desde Helsinki hasta Ferrol?

-Después de acabar mi formación académica [se licenció en Ciencias Económicas y amplió sus estudios en contabilidad y derecho mercantil] empecé a trabajar en Ernst & Young, pero quería intentar jugar al baloncesto profesional y buscar un equipo fuera de Finlandia. Para trabajar como auditora iba a tener toda la vida por delante... con cuarenta años ya no estás para el deporte de élite.

Son los privilegios de otra clase de mercado laboral. Vilma es la mayor de cinco hermanos a los que su padre les inculcó la pasión por el baloncesto. «En realidad a todos menos a uno. Mi hermano pequeño lo odia. Ni siquiera iba a vernos a los partidos. A él le apasiona el ajedrez y eso me gusta, porque también me ayudaba a relativizar las cosas. Cuando llegaba a casa con los problemas, con las frustraciones que a veces genera el baloncesto, él me decía: ‘Vilma, recuerda que sólo es baloncesto’». En el Torpan Pojat Helsinki, donde llegó a coincidir con sus dos otras hermanas, compartió vestuario con Heta, que había lucido la camiseta del Universitario en la Liga Femenina 2. «Me habló de Lino [López]. De que era un gran entrenador y de la ciudad, de que era pequeña, pero muy acogedora. Y se ofreció a llamarlo».

-¿Y esto es cómo se lo había imaginado? Muchas veces desde fuera de España la gente piensa que aquí va a hacer sol todos los días y Galicia es otra cosa.

-Heta me explicó muy bien a dónde venía y me gusta mucho. Ferrol es un lugar muy cómodo para vivir.

-¿No le encuentra en ocasiones un punto depresivo?

-¿Depresivo? [Abre sus deslumbrantes ojos azules para otorgarle mayor peso a su gesto de incredulidad]

-Sí, el de una ciudad que fue y ya no es...

-Leopoldo [Ibáñez, el presidente del Universitario] me comentó que antes había una gran compañía de construcción naval y que ahora ya no tiene tanto trabajo como antes.

-¿Y no percibe esa decadencia?

-Para nada. Creo que es un sentimiento que os debe haber quedado a la gente de aquí. Pero a mí Ferrol me da energía. Vengo de Finlandia donde cinco meses al año todo es muy, pero que muy oscuro. Nieva y nunca ves la luz. No me importante que llueva tres o cuatro meses al año. Al final siempre acaba saliendo el sol.

-¿Cuál es su rincón preferido?

-La playa. El sol, el mar y las palmeras me fascinan [sonríe].

-¿Qué le ha aportado el Universitario?

-El baloncesto en España tiene mayor nivel que en Finlandia. No digo que allá no haya talento, pero aquí se juega a más velocidad. Y de Lino he aprendido muchísimo. De su forma particular de interpretar el juego. Sobre todo el primer año, me enseñó a ver cosas que antes no veía. De él y de todo el cuerpo técnico también valoro que no solo se fijen en nosotras como deportistas, sino que traten de entendernos como personas. Se interesan por los problemas que tenemos, por lo que nos preocupa y no solo si estamos entrenando bien o mal.

-¿Lleva bien la vida de un club modesto?

-El Uni puede que no tenga tanto dinero como otros clubes, pero con el que tienen se vuelcan en darnos el máximo a las jugadoras. Nos cuidan, nos miman, y nosotras percibimos ese cariño. Todos somos como una gran familia y esa fue una de las claves para que renovara.

-¿Cuáles son sus referentes en la pista?

-Ahora me fijo en Kyrie Irving y en Teodosic. Y aquí me gusta mucho jugar con Ana [Suárez]. Admiro de ella que sabe en cada momento cuándo y cómo pasar. Tiene la creatividad que quizás me falta a mí.