Un estudio de la ASCM detecta decenas de problemas de accesibilidad
01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Moverse por cualquiera de los cuatro polideportivos municipales de Ferrol es una odisea para una persona con problemas de movilidad y que pretenda ser autónoma. Lo cuenta Diego Sande, que es técnico de accesibilidad y que a lo largo del 2016 ha creado un trabajo de 300 páginas en las que se recogen decenas de barreras arquitectónicas.
Según este análisis es imposible completar el circuito lógico para una instalación deportiva tanto si se va como espectador como a practicar algún deporte. En los cuatro (Esteiro, A Malata, Caranza y el Ensanche) apenas hay señalización y en varios no hay ni una plaza reservada en el aparcamiento. «Además encontramos puertas estrechas y no hay ascensores en ninguno de los pabellones, solo dos rampas en el de Caranza y el del Ensanche», precisa el autor de un estudio que tomó como referencia la legislación vigente, aunque está a punto de ser renovada.
Nunca en la grada
No existe posibilidad alguna de que una persona con problemas de movilidad alcance las gradas en ninguno de los recintos. «La solución que se da es dejar que los usuarios de silla de ruedas vean los partidos a pie de pista, junto a los servicios de emergencia, ahí se les ubica», apuntan desde la ASCM sobre una solución que solo se puede dar para pocos espectadores en cada espectáculo, ya que en la pista el espacio es limitado. Los vestuarios son otras de las zonas imposibles para discapacitados que quieran moverse sin ayuda. «En Esteiro hay una cabina con una silla adaptada, al igual que en el Ensanche, pero en A Mala y Caranza ya no hay. En cualquier caso, en los espacios deportivos que las tienen son tan escasas que sería imposible que un equipo entero usase solo una, tardarían horas», se queja Sande. Hasta para abandonar estos espacios puede haber complicaciones, porque no están bien señalizados y en algunos, como Caranza, hay rampas exteriores, pero no interiores.