Menos alambradas y una mejora estética todavía incipiente gracias a las obras iniciadas

Las vallas ya solo impiden el paso por la zona más deteriorada de la calle Carmen Curuxeiras y rodean también la fachada lateral de uno de los edificios, pero sin impedir el paso por esa perpendicular de vehículos y personas. Cuando hace un año las vallas se convirtieron en un elemento de confrontación entre Concello y vecinos, las alambradas no solo impedían el paso por Curuxeiras, sino también por la calle de la Merced, taponando un tramo de escasa longitud pero vital en la comunicación interna del barrio. Por ello, después de que el Concello decidiese cercar esa zona menos de un día después esas vallas aparecieron desatornilladas y apartadas para franquear el paso.

Hoy su presencia es mucho menor. Y aunque a la zona le queda mucho para dejar atrás su aspecto decadente y en ruina la estética se ha visto mejorada con las intervenciones y vaciados que se han practicado.

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