Pese a ser un novato, asombra con su pilotaje en el circuito de Castilla y León, en el que es segundo
28 nov 2016 . Actualizado a las 08:38 h.El piloto ferrolano Eugenio Freire es segundo en la general del circuito de Castilla y León de quad (motos todoterreno de cuatro ruedas). Lleva muy poco tiempo en esta especialidad del motor, aunque es un candidato a ganar el Campeonato de España.
-No hay mucha gente en Ferrolterra que haga «quad». ¿Cómo llegó a este mundo?
-Un amigo que andaba en quad me dejó probar. Me gustó y al cabo de unos meses me compré uno de segunda mano. Luego cambié tres veces de máquina, me metí en un montón de líos, hasta me hipotequé en el banco. Me vendieron uno de competición, que me salió rana, me duró cinco horas. Superé todos los problemas gracias a mis padres.
-¿Cómo empezó a competir?
-El piloto larachés, Daniel Remuiñán Grana, subcampeón de España y bicampeón gallego, fue quien me animó. Coincidí con él en una sesión de entrenamiento y se sorprendió con los tiempos que marcaba, de ahí que me aconsejara que me metiera a competir. Actualmente, me entreno con él y asisto a cursos de conducción profesional.
-El «quad» no es solo diversión, también requiere una gran preparación...
-Dedicarse a competir en quad no es solo montarte en tu máquina. Es un sacrificio en todo. Desde los entrenamientos hasta las competiciones. Es un ahorro constante en tu vida, ya que es un deporte carísimo. Pilotos muy buenos se han quedado por el camino por falta de apoyos. Otra faceta importante es que hay que cuidar mucho la alimentación, entrenamientos físicos diarios y vas muy a menudo al masajista, ya que la espalda, el cuello y la musculatura sufren mucho.
-¿No es demasiado sacrificio?
-Este deporte es mi vida y mi pasión. Dedico cada minuto de mi tiempo libre a mejorar y a aprender. He pasado por muchos sinsabores, incluso estuve a punto de abandonar en algún momento. Si no lo hice ha sido gracias a mi familia, a la gente que está cerca de mí, que me apoyan mucho. Si me vienen 20 problemas, yo encuentro 21 soluciones para seguir.
-Usted tiene talento, pero ¿cómo le va con los apoyos?
-Si no consigo más ayudas el año que viene será muy difícil que pueda asistir a todas las pruebas, ya que es prácticamente imposible hacerse cargo de los gastos con un único sueldo. Sería una lástima y me daría mucha pena ya que hay muchos pilotos, campeones, con un gran palmarés, que me animan a que siga. Aseguran que me ven como una promesa en este deporte y que en el futuro podré conseguir grandes títulos. Es muy pronto pare decir hasta dónde podré llegar, aunque en mi primer año de competición los resultados han sido inmejorables. Disputo el circuito de Castilla y León y en todas las pruebas he podido subir al cajón.
-¿En qué categoría compite?
-Es mi primer año en semiélite y voy segundo en el circuito de Castilla-León, luchando por la primera plaza. En la primera carrera en la que competí ya le gané al campeón del circuito.
-¿Por qué no participa en el gallego?
-Yo estaba entrenando para hacerlo, aunque este año se suspendió. Decidí correr el campeonato de Castilla y León para aprovechar la preparación, aunque ya se había disputado la primera carrera.
-¿De dónde le llega el talento?
-Yo anduve toda la vida en moto y se me da bien el tema. No fue fácil, tuve una lesión importante en la espalda y durante algún tiempo tuve que ir en silla de ruedas. Me prohibieron hacer cualquier deporte de contacto. Dejé de andar en moto porque me dolía mucho la espalda. El quad es otra historia, descubrí mi ilusión y lo que mejor se me da.
-¿Cuál es el próximo reto?
-Mi sueño es ser campeón de España. El año que viene yo quiero correr el gallego, el circuito de Castilla y León y el nacional, que son once pruebas.
-¿Cómo se paga todo eso?
-No hay ayudas, aunque yo tengo el apoyo de varias firmas comerciales DC Shoes, Quadmixcompetición, Error Ferrol, bar el Campeón, Spot Surf School, Valneboeiro o Accesorios Frami.
-¿Cuánto se gasta en cada prueba?
-Mínimo entre 400 o 500 euros.
-¿A quién admira?
-En España hay tres o cuatro corredores muy buenos. En Estados Unidos el nivel es sencillamente increíble.