Ferrol sucumbe en Armas a su maldición con los concursos de ideas

FERROL CIUDAD

JOSÉ PARDO

El actual bloqueo se suma a varias convocatorias frustradas de reformas urbanísticas

05 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ferrol no es buen sitio para los concursos de ideas. Lo dice la experiencia municipal reciente: ninguno de los anunciados en los últimos tres mandatos ha llegado a buen puerto, bien por declararse desiertos, por surgir incidencias o porque nunca llegaron a convocarse. El bloqueo abierto ahora para decidir cómo será la futura plaza de Armas es solo un eslabón más de una trayectoria encadenada de proyectos frustrados que se ha convertido en una maldición para la ciudad.

Cuesta de Mella

Declarado desierto en octubre de 2008. El de Armas le disputa ahora el protagonismo, pero hasta el momento era el más recordado de los últimos tiempos. El entonces bipartito PSOE-EU que gobernaba Ferrol en junio de 2008 abría un concurso de ideas en colaboración con el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) para transformar el espacio bajo las bóvedas de la Cuesta de Mella en un centro cultural que actuase como catalizador y acogiese de forma específica locales de ensayo para grupos de música. El presupuesto no podía sobrepasar los 600.000 euros. Una década antes, en 1998, el gobierno del PP ya había propuesto aprovechar ese espacio para crear un gran auditorio, convocando un concurso de ideas que no se llegó a celebrar. Sí lo hizo el impulsado con Vicente Irisarri de alcalde cuando Yolanda Díaz ejercía como concejala de Cultura. En octubre se hacía entrega de los premios: del segundo y del tercero, porque el primero se dejó desierto. Ninguna de las 24 ideas, la mitad de las ahora presentadas para la plaza de Armas, resolvía la actuación «de xeito adecuado» para una obra de 600.000 euros. Se presentaron proyectos demasiado costosos y, además, no les gustaba cómo intervenía en la superficie, es decir, los jardines de San Francisco. El proyecto futuro debía basarse en los siguientes clasificados, pero el bipartito rompió días después y no se llegó a redactar.

Ultramar y O Inferniño

Cinco plazas paralizadas en 2009 por una denuncia. Con el bipartito ya roto, a principios de 2009 la Concellería de Urbanismo que dirigía el socialista Ángel Mato decidió convocar un concurso de ideas para la transformación «radical» de cinco plazas y zonas de encuentro de calles en las zonas de Ultramar y O Inferniño. Se presentaron prácticamente una treintena de profesionales y estudios de arquitectura a un proceso que también contó con la colaboración del COAG. Y que sí se llegó a fallar. La parálisis llegó en este caso por una vía inesperada: la denuncia del Colegio de Ingenieros de Caminos por no haber sido incluidos como parte del jurado. El tiempo pasó. Y con él, el cambio de gobierno en Ferrol, que relegó al olvido el resultado de este certamen.

Abrir Ferrol al mar

Un convenio anunciado en 2015 que no se llegó a firmar. En 2011 llegó el PP con su mayoría absoluta y también echó mano del anuncio de concursos de ideas, aunque el gobierno de José Manuel Rey Varela aguardó al final del mandato para hacerlo. Apenas dos meses antes de las elecciones municipales, en marzo de 2015 se anunciaba un convenio entre el Concello de Ferrol, el Ministerio de Defensa, la Xunta y la Autoridad Portuaria para convocar un concurso de ideas con el objetivo de desarrollar el proyecto de Abrir Ferrol al mar. Nunca se llegó a firmar.

Edificio de seguridad

Nunca convocado. Apenas unos días después se anunciaba otro concurso más para que los expertos presentarsen sus ideas para la construcción de un nuevo edificio en una parcela de Leixa que acogiese a la Policía Local, los bomberos y Protección Civil. Se haría también en cooperación con el COAG y se estimaba una inversión total de cuatro millones de euros. Solo la redacción del proyecto se cifraba en 256.000 euros, y se proponía que el ganador recibiese 12.000 como adelanto a la adjudicación de ese trabajo. En mayo llegaron las municipales y el cambio de gobierno, que desecha ese proyecto y aboga por convertir esa parcela en un aparcamiento que palíe el déficit de plazas en el entorno del Arquitecto Marcide.