Los veteranos de las Fuerzas Armadas agradecen con un «¡chapó, majestad!» la presencia de Felipe VI en Ferrol

FERROL CIUDAD

José Pardo

Alrededor de 1.400 exmilitares y ex guardias civiles se reúnen en el Arsenal ante la presencia del monarca

04 nov 2016 . Actualizado a las 17:01 h.

Después de recibir a los nuevos ministros en el Palacio de Zarzuela, el rey Felipe VI viajó hasta Ferrol para presidir en el Arsenal el acto nacional del Día del Veterano, que reunió a unas 1.600 personas entre exmilitares, ex guardias civiles y familiares. El presidente de la Real Hermandad de Veteranos, Eduardo González-Gallarza, agradeció con un «¡chapó, majestad!» la presencia del monarca.

La ceremonia reunió en torno al rey a numerosas autoridades tanto civiles como militares. A su lado se colocaron el presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijoo; el presidente del Parlamento, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, y el alcalde de la ciudad, Jorge Suárez.

Felipe VI, ataviado con el uniforme de capitán general del Ejército del Aire, entró por la puerta de la cortina dos minutos antes de lo programado, a las 12.58 horas, y fue recibido por las citadas autoridades. A continuación se subió a la tarima y observó el homenaje a la bandera española. Ocho veteranos se encargaron de izar la enseña bajo las notas del himno nacional.

Después de la imposición de condecoraciones a dos exmilitares y un guardia civil, comenzó el discurso del presidente de la Real Hermandad. Gobnzález-Gallarza definió a Ferrol como la «principal base de apoyo logístico a los buques de guerra e hizo numerosas referencias al pasado marineros de la urbe. Además, subrayó que por su patrimonio cultural es un lugar que «merece ser visitado».

Por su parte, el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río, resaltó en su alocución que «difícilmente podría haberse elegido un sitio mejor» para el homenaje, al tratarse Ferrol de una ciudad «determinante» para la defensa de las costas con «eficacia y valentía». Finalizados los discursos, comenzó el homenaje a los Caídos por la Patria y el pase de revista de las tropas presentes.

Cuando concluyó el acto y la inmensa explanada del edificio Sala de Armas se quedó en silencio, algunos de los familiares lo rompieron con un «¡Viva el rey!» y gritos de «¡Felipe, Felipe!», a lo que el monarca respondió saludando y con una sonrisa. Después de esto, Núñez Feijoo bromeó con Suárez, aunque desde la posición de los periodistas no se pudo apreciar lo que le dijo.

Una vez Felipe VI firmó en el libro de honor, salió de nuevo al exterior para fotografiarse con los veteranos que, móvil en mano, buscaron una foto de recuerdo.