El guardián de la pesca vuelve a casa

FERROL CIUDAD

JOSÉ PARDO

El «Arnomendi» regresó al Arsenal después de haber vigilado la actividad en los grandes bancos de Terranova

22 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de realizar labores de vigilancia en la mayor zona de pesca del mundo, los grandes bancos de Terranova, a un paso de Canadá, el patrullero Arnomendi regresó este viernes a la que es su casa desde el mes de junio, el Arsenal de Ferrol. Bajo el poderoso contraluz de la ría a primera hora de la mañana, en el muelle número cinco, atracaron un total de 37 marinos, que casi dos meses atrás habían zarpado del mismo lugar con la misión que le había sido encomendada como buque de Unión Europea. Nada menos que proteger una de las zonas con actividad más amplias del planeta, que se extiende unos 560 kilómetros, de norte a sur, y unos 675 de este a oeste. Allí, el navío realizó un total de dieciséis inspecciones y dio apoyo a las embarcaciones presentes.

La Organización de Pesca del Atlántico Noroeste (NAFO, por sus siglas en inglés) nació para regular la actividad pesquera en las aguas en las que existe actividad internacional de los grandes bancos de Terranova. El Arnomendi controló, sobre todo, a pesqueros de la UE, con mayoría de España y Portugal, aunque también de naciones que no forman parte de la comunidad. En definitiva, su misión consistió en efectuar un control específico de la captura de las especies reguladas, con objeto de garantizar la conservación y optimizar el uso de los recursos existentes en la citada área.

«La campaña ha sido fantástica, hemos tenido muy buenos resultados», valoró el capitán del patrullero, Rafael Aguirre Pastor, minutos después de amarrar en el Arsenal. La dura meteorología de Terranova, con cambios constantes y un alto oleaje, marcó la navegación del navío. Además, la lejanía desde el lugar de operaciones hasta la tierra firme también fue un factor a tener en cuenta. «Aún así, no hemos parado ningún día», aseguró Aguirre Pastor. Sin embargo, en cinco de las jornadas no les quedó otra que anular la inspecciones por la dificultad para embarcar y desembarcar. «La mar ha sido buena... Para lo que es esa zona. Los días complicados se debieron a la espesura de la niebla, en los que las aproximaciones hubo que realizarlas con mucha pericia para evitar incidentes», añadió. 

Asistencia médica

Además de las mencionadas dieciséis inspecciones, el médico que lleva consigo el Arnomendi tuvo que realizar una asistencia a un marinero de un pesquero español, que sufrió un esguince mientras estaba trabajando. «Por nuestra parte no hubo ningún accidente ni ningún contratiempo», detalló el capitán. A bordo, junto a la dotación con base en Ferrol, se subieron, en dos turnos, un coordinador de la Agencia Europea de Control de Pesca y dos inspectores de la UE, uno de los cuales era español.

Como curiosidad, los dos meses de la misión han quedado recogidos en las cámaras de un equipo de Borrasca Producciones, que estuvo a bordo del patrullero hasta desembarcar, hace unos días, en el puerto de St. John’s. Las imágenes se plasmarán en un documental similar a La vida a cinco nudos, de la misma productora.