Desde la misma oficina de empleo aseguran que «no atienden a las necesidades reales de la gente»
19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Las cifras de la Seguridad Social de septiembre dejaron en la comarca un regusto amargo después de la campaña veraniega. «Es lo que ocurre todos los años», apuntaban este martes en la oficina de empleo de la avenida de Vigo. La variación intermensual, como era esperado, fue negativa. Concretamente, de 1.162 puestos de trabajo, por los 700 del curso anterior en la misma franja. Es en la variación interanual en la que se encuentra la peor noticia: entre la cifra de afiliados en septiembre de 2015 y la de 2016 el signo también es negativo, de medio millar de inscritos.
Los números llevan tras de sí nombres propios y, por lo tanto, rostros de impaciencia. Son los que ven cada día las funcionarias del local ferrolano, en el que la situación «sigue sin cambiar», cuenta una de ellas, que prefiere no desvelar su nombre. Explica, de forma insistente, que el de mayores de 45 años es el sector «más desfavorecido». Esto ocurre, añade, porque en la oficina en la que trabaja «no atienden a las necesidades reales de la gente» y, por lo tanto, «tienen más dificultades para entrar en el mercado laboral». Asimismo, considera que los cursos para gente sin formación «son escasos».
El principal problema, según Begoña López, es que las empresas «piden continuamente experiencia en las ofertas que publican», pero «nunca la ofrecen». «¿Dónde vamos a conseguir la experiencia?», se pregunta. Para esta ferrolana de 52 años, que lleva dos sin trabajar, la realidad es tan complicada que se ha ofrecido en muchas ocasiones sin cobrar, pagando su propia Seguridad Social, con el fin de cotizar. Mientras, sobre la opción de emprender, opina que es un riesgo.
«No me la quiero jugar»
Algún entrevistado, como un hombre de 35 años, prefiere no citar su nombre por miedo a que si critica su sector no lo vuelvan a contratar. «No me la quiero jugar», zanja. En su opinión, considera que la hostelería, en la que tiene una experiencia de más de una década, «debería estar dirigida por menos malas personas». Dice, para argumentar esta afirmación, que los dueños «prefieren alguien que trabaje 10 o 12 horas antes que un empleado más».
Por este hecho, ya que por su trayectoria pide mejores condiciones, le cuesta cada vez más firmar un acuerdo. «He tocado puertas hasta en Miño y en As Pontes, pero la situación en la comarca fue empeorando», esgrime. Finaliza apuntando que en Ferrol «solo cumple el responsable de McDonald’s».