Desilusión en la búsqueda de empleo

FERROL CIUDAD

La falta de puestos de trabajo en la comarca hace mella en las personas que los tantean día a día

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), antiguo INEM, de la avenida de Vigo, es un constante goteo de personas cada mañana de lunes a viernes. Los propios funcionarios aseguran, con una típica expresión gallega, que «viene gente seguido». Además, coinciden con los usuarios en que la búsqueda de trabajo «está fatal». Difícil encontrar alguien que no responda con una sonrisa irónica cuando se le pregunta por la situación del empleo en la comarca de Ferrol.

Hasta los más jóvenes, como Diego Vilar, de 22 años, afirman que «no hay trabajo» y por eso se plantea irse a Arabia Saudí, donde su primo le cuenta que cobra 4.000 euros como tubero. Él, estudiante de un ciclo de Carpintería en el CIFP Ferrolterra, opina que «es la única solución». Mientras, en la misma franja de edad, Astrid Pérez, ha pensado en marcharse de au pair una temporada a Estados Unidos. En la mañana de este martes se citó con la orientadora laboral del sistema de Garantía Juvenil, después de haber pasado el verano como becaria en un periódico, en el que ejerció de fotógrafa. De hecho, desea encontrar alguna oportunidad pronto en el sector audiovisual después de haber estudiado la carrera. Por ahora, prueba echando «muchos» currículos.

En la franja de edad opuesta, con 62 años, se encuentra Juan Manuel Fraga, que llegó a España desde Uruguay hace 12 años. Después de cuatro sin encontrar un puesto, cree que la edad es su mayor lastre: «No buscan experiencia, buscan a alguien joven y barato». Además, apunta a la «complicada» burocracia de las oficinas de empleo, pues cada vez que acude le solicitan «un papel nuevo». Fraga no descarta tomar el mismo camino que su hija, que se encuentra trabajando en Barcelona.

Otra foránea, Patricia González, de Canarias, afirma sin dudarlo que en su tierra tendría trabajo seguro, pero por ahora tiene que seguir buscando en Ferrol. «Algún día la tendré», comenta sobre una suerte que le falta desde hace un año y medio. Por este hecho, lleva en la mano una carpeta con currículos, los cuales echa «cada dos por tres». Asimismo, también critica que en el SEPE «no dan soluciones».

Emprender, una alternativa

Las personas que acuden a la oficina de empleo ven «prácticamente imposible» firmar un contrato indefinido o de largo recorrido. La mayoría nunca lo disfrutó y los restantes lo perdieron durante la crisis. Por ello, la cifra de emprendedores que prefieren ser jefes de sí mismos ha ido creciendo.

Es el caso de Roberto Villanustre, de 32 años, que, eso sí, ha decidido montar una empresa en A Coruña. Después de haber pasado un año en Alemania y el último trabajando en la ciudad herculina, en los próximos días abrirá Pinturas Villanustre. «Me decanté por A Coruña porque, además de que trabaja allí mi novia ?también ferrolana?, es una urbe con más población y, por lo tanto, más consumo», argumenta. Mientras, en su grupo de amigos la situación es semejante: «O no tienen empleo o, si lo tienen, es eventual. Solo los funcionarios disfrutan de buenas condiciones».

Minutos después de Roberto sale de la oficina Begoña, de 41 años, que dejó el lunes su ya antiguo trabajo y empieza hoy en otro, ambos en el sector de la peluquería. A pesar de que poseía un contrato indefinido, no se sentía a gusto y decidió cambiar el rumbo. Aunque «cuesta mucho encontrar», señala, en su caso firmó un acuerdo temporal, «por el momento», casi instantáneamente. Eso sí, el suyo es un caso extraño en la oficina de la avenida de Vigo, en el que la desilusión es la que marca el ritmo.