El invierno se encara mejor bailando zumba, palillando o tocando la gaita

Ana F., Cuba

FERROL CIUDAD

CÉSAR TOIMIL

Ejercicio, informática, idiomas, manualidades o música copan la oferta de los colectivos, y las mujeres son las principales usuarias

30 sep 2016 . Actualizado a las 19:04 h.

Una mujer de mediana edad o ya jubilada, con ganas de aprender, mantenerse en forma y relacionarse con los demás. Este es el perfil mayoritario de quienes asisten a las actividades formativas organizadas por los colectivos vecinales, junto con los niños, con grupos específicos en disciplinas como la música o los idiomas. El curso arranca, en la mayoría de los casos, a principios de octubre, y las entidades buscan diversificar la oferta. Irene Teijeiro, presidenta de la Asociación de Veciños de A Cabana, enumera sus propuestas: «Talleres de cuero, jabones artesanos y ambientadores, informática, yoga, pilates, gimnasia, bailes de salón, bolillos, dibujo y pintura, calceta y ganchillo, corte y confección, guitarra y memoria».

María Elisa Prado, vecina de A Graña, impartirá el taller de jabones. «El aceite de oliva virgen es la base principal, también usamos plantas, romero, rosas, lavanda, aceites esenciales... Es una buena forma de reutilizar el aceite doméstico usado», explica. Los colectivos diseñan su oferta, contactan con los monitores y facilitan el local para el desarrollo de las clases, cuyo coste suele oscilar entre los 15 y los 20 euros al mes. La Asociación Veciñal O Rosario Inferniño se centra en la música, con gaita o flauta, para adultos y para niños, con distintos maestros, y la enseñanza de inglés (cada vez más demandada), para grandes y pequeños, a cargo de Fany Vidal. «Este ano tamén imos empezar cun curso de fotografía dixital e Photoshop», indica el secretario, Xosé Manuel Sanxoán. La teacher incide en la importancia de «un correcto enfoque» para enseñar un idioma, siempre «poniéndose al nivel del alumno». Y en verano organiza viajes «asequibles» con sus estudiantes para poder practicar en Escocia, Londres o Irlanda lo aprendido en el aula.

En las sesiones de zumba que dirige Vanesa Román Grandío, naronesa, no hay descanso. Quienes se apuntan a una actividad de este tipo ?«todas mujeres y casi todas mayores», asegura la monitora? persiguen ejercitar su corazón y sus músculos, pero también pasárselo bien. «Son clases muy divertidas, la música ya te motiva y yo las animo mucho, ¡venga chicas! Y les mando gritar conmigo. De hecho, acabo la semana afónica», cuenta. Vanesa intercala los temas y las coreografías propios del zumba con canciones actuales ?«a la gente le gusta mucho la música de ahora»? y «pasos de baile» que ella misma compone. Todo durante 60 minutos, sin parar. En su agenda del nuevo curso aún queda algún hueco (en vanesaromangrandio1977@gmail.com se puede contactar con ella).