La oficina de objetos perdidos recogió 600 efectos en lo que va de año y entregó casi la mitad

FERROL CIUDAD

Carteras, gafas y llaves, son, por este orden, las pertenencias que más extravían los ferrolanos

25 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La oficina de objetos perdidos de Ferrol, situada en la planta baja del consistorio, al lado del registro, recogió en lo que va de año alrededor de 600 efectos que la gente extravió en diferentes lugares y que fueron entregados a la Policía Local por otros ciudadanos. De ese montante global, a 31 de agosto, el agente Nicolás Villar, encargado del servicio, ya había logrado devolver a sus legítimos propietarios 257 objetos.

En algunos casos la restitución de la propiedad es posible porque son los propios afectados los que acuden a la oficina, pero la labor del responsable de la misma también permite otras recuperaciones, como las de las carteras con documentación, porque se hace una labor de localización del interesado. No obstante, también aparecen muchas carteras desvalijadas, que son las procedentes de los robos, principalmente en el mercadillo de Recimil, que no pueden ser devueltas a no ser que el dueño las reconozca.

Las carteras son, precisamente, los efectos que más se extravían o roban, seguidas de las gafas y las llaves, aunque últimamente también ocurre bastante con los teléfonos móviles.

Gente honrada

Nicolás Villar asegura que hay más gente honrada de lo que se pueda creer, porque muchos ciudadanos que encuentra carteras las entregan con todo el contenido, incluido el dinero. Recuerda un caso de hace unos seis años, cuando alguien se olvidó en una cafetería un sobre sin identificación conteniendo algo más de 2.000 euros. La persona que lo encontró hizo entrega del mismo en la oficina de objetos perdidos y se consiguió localizar al dueño, que era un viajante.

Pero también hay gente que se vale de la picaresca para tratar de conseguir algo que no le pertenece. Es el caso de varias personas que acudieron a la oficina para reclamar una cámara de alta gama que se veía en la foto de un reportaje de prensa hace unos tres años, pero ni siquiera sabían la marca, por lo que no lo consiguieron.

Entre los efectos que la gente pierde con frecuencia también figuran los bolsos, los bastones y los paraguas.

El material del que no aparece el dueño se entrega a quien lo encontró transcurridos dos años y el resto, cuando son objetos de valor, se subastan y, si no, se suelen destruir.