«Con mi rap y mi canal de YouTube sé que llego a Chile, Perú o Polonia»

Bea Abelairas
bea abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Es un músico de Caranza con miles de fieles en Internet que, sin embargo, reconoce que se ve obligado a renunciar a dar conciertos en su propia ciudad por la crisis

21 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Canto para esa gente que ha jugado en las esquinas... en unos tiempos en los que sin fiebre también se delira», así reza Alan Bi Rush, un rapero de Caranza que cuenta por miles las visitas a sus páginas, en una de sus canciones favoritas: Aguanta. No le sorprende su éxito en las redes sociales, porque hace años que se apoya en ellas para comunicarse con su público. «Cuando se fundó YouTube en el 2007 ya andábamos subiendo cosas, las redes sociales las usamos para llegar a la gente. Con mi rap y mi canal de YouTube sé que llego a Chile, Perú, México o Polonia y en este país mis canciones salvan la barrera del idioma», explica un cantante que siempre habla en plural y está volcado en un estudio de producción muy activo (GRJ records), también en la ciudad.

«Me flipa la edición musical, pero cuando es familiar», alerta cuando se le pregunta por sus fuentes de energía. La suya mana de sus colegas de siempre: «El hábitat en el que tú creces es importante». Forma parte de un colectivo que se llama Dirty boyz, su segunda familia: «Nos hemos criado en la calle y se nos han cruzado cosas buenas y ciertas que no lo son tanto». Y de esas historias van sus rimas y las de los que se acercan a su estudio.

Humildes, de la calle

Alan Bi Rush tiene 30 años y unas ideas muy claras sobre el mercado: es un camino casi vetado para grupos como los que le rodean, por eso se han volcado en una promoción alternativa en la que ni siquiera se descarta regalar discos para que fluyan sus mensajes por todo el mundo. «Somos humildes, de la calle», advierte cuando confiesa que se ve obligado a renunciar a los conciertos en su propia ciudad, porque aquellos que le gustaría ver entre el público no podrían pagarse la entrada. «Me he prohibido tocar en Ferrol por eso». Sí estuvo en el Festival de la Luz en el apartado del concurso y su grupo quedó de primero.

Discos de verdad

Seguir produciendo, componiendo y grabando videoclips en las calles de Ferrol es algo tatuado en su día a día, pero en su cabeza hay muchas más ambiciones. Obsesiones que define de antemano como batallas perdidas: «Hay que fomentar la distribución de la música en formato físico, a pesar de que sea complicado, ahora hay frikis del vinilo, pero hay que seguir con eso».

A su música le queda pequeña la definición de rap o hip-hop: es música urbana y una suerte de autoterapia, como su disco Aguanta, «escrito en una etapa de mi vida en la que necesitaba aguantar». Aunque no todo son heridas, Alan cree que ahora hay más facilidades para crear y él tiene la suerte de tener cerca una «lista de gente máquina». Y no se complica, sus referencias son fáciles: «Solo escucho a colegas o a colegas de colegas y en el coche siempre llevo la radio local».