«Con la edad, disfruto más del balonmano»

FERROL CIUDAD

El lateral formado en el Tirso sufrió cinco operaciones y afronta su octava liga en la Asobal

18 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Iago Muiña es el mejor jugador ferrolano de balonmano de este inicio de siglo. Nacido en 1984, inicia su octava temporada en la Asobal, ahora en el Bidasoa. Formado en el Tirso, se fue de casa con 16 años al Ademar de León y pasó por Octavio, At. Novás, Huesca, Teucro, CAI Aragón, Anaitasuna, Puerto Sagunto, Al Rayyan y Guadalajara. Tras unos días de vacaciones en Ferrol, ya entrena en Irún, «feliz de seguir en este club».

-Cambió mucho de clubes. Ahora ha encontrado ahí su sitio.

-Sí, me encuentro a gusto. El club está creciendo, tras dejar atrás sus horas bajas hace cuatro o cinco años por una mala situación económica. Pero ya salieron de ella y quieren hacer las cosas bien y mirar hacia arriba otra vez. Estoy encantado de que cuenten conmigo.

-El Bidasoa fue un grande hace muchos años. ¿Se nota?

-Sí, se nota. La gente en Irún tiene presente lo que ha sido y es el Bidasoa. Durante las dos temporadas que pasamos en División de Honor B parecía obligatorio subir como primeros, por historia y plantilla. Esa presión la notas y te hace sentirte un privilegiado por jugar en el Bidasoa y dar alegrías a la afición. Es complicado y bonito jugar en esta plaza.

-Subieron en la fase de ascenso en Irún, además.

-Sí, el Valladolid subió como campeón, merecidamente, nos beneficiaron algunas carambolas en la última jornada y tuvimos el play off en Irún. Salió perfecto.

-Dejó Ferrol con 16 años para irse al Ademar de León. Ya lleva otros 16 fuera.

-Sí, era la única oportunidad que tenía para poder disfrutar de esto. Mis padres, pese a no conocer mucho este mundo, accedieron a dejarme marchar a León y gracias a ellos estoy aquí ahora peleando en este deporte.

-Logró ascensos, jugó en Europa con el CAI Aragón, fue internacional júnior y juvenil... ¿Con qué se queda?

-Con estos dos años pasados en Irún. Con la edad, lo sientes todo más, lo palpas más. Disfruto más del balonmano. Estas dos temporadas en División de Honor me han hecho sufrir tanto, que es lo mejor que me ha pasado. Ver Artaleku a reventar, con la gente desgañitándose por nosotros... Me quedo con esto. Han sido dos años de trabajo duro, con sufrimiento y alegrías. Es quizá lo más bonito que me ha pasado.

-Al otro lado están las lesiones, como la de rodilla que tuvo en su etapa en Catar.

-Romper un ligamento cruzado da miedo porque requiere mucho tiempo, mucho cuidado, tener precauciones porque si das un paso mal se puede fastidiar todo. Llevo cinco operaciones. Pero estoy perfectamente de todo, sin molestias. Estoy mejor que cuando tenía 25 años.

-Son detalles que da la experiencia.

-Sí, la ilusión de disfrutar de lo que te apasionas. El balonmano es una parte muy importante de mi vida. He vivido muchas experiencias, buenas y malas, y ahora que soy mayor estoy disfrutando al 100% del balonmano. Eso me hace seguir un año y otro. Me encuentro bien físicamente, me estoy cuidando.

-Su nombre siempre se asocia a dos palabras, carácter y garra.

-Sí. Para la cosas buenas y para las malas. Voy para 33 años y ya sé canalizar todo eso. Cuando era joven ese carácter quizá me perjudicó más que me ayudó. Es parte de mí. No sé expresarme de otra forma.

-¿Qué siente que le queda por conseguir?

-Buf. Antes miraba más a largo plazo, pero ahora ya no. Quiero disfrutar cada momento, cada partido. Lo mejor que puedo hacer es vivir el día a día, disfrutar de mis compañeros y seguir con ilusión y pasión. Si las pierdo, lo dejaré y me iré. Si las tengo intactas, voy a seguir luchando.

-Hace muchos años que no juega en Galicia. ¿Todavía hay una puerta abierta a jugar aquí?

-Sí. Desde que me fui del Teucro, era mi época nómada, con 24 o 25 años. Ahora estoy en un buen momento y claro que me gustaría volver a Galicia. Pero mi presente es el Bidasoa. Aún no empezó esta temporada, así que no puedo pensar en la siguiente. Solo quiero estar en la mejor forma posible para ayudar al grupo, al club, al entrenador y llegar en las mejores condiciones, al 100%.

-¿Qué ha ido haciendo durante estos años al margen de la competición?

-Me he sacado los títulos de entrenador. Dejé los estudios aparcados y ahora llevo una temporada poniéndome con Técnico de Relaciones Laborales y me cuesta.

-¿Se ve como entrenador?

-En mi primer año en Bidasoa, me dejaron el equipo infantil masculino y fuimos campeones de Euskadi, con una sola derrota, y quintos en la Granollers Cup. Y el año pasado empecé con un grupo de chicas infantiles de primer año y es una experiencia bonita y diferente porque ellas son opuestas a los niños.

-¿Cómo recuerda la experiencia en Catar? Cuando se lesionó, le rescindieron el contrato.

-Sí, allí si juegas mes y medio, cobras mes y medio y para casa. No se preocupan de tu recuperación ni de nada. Viví una situación muy diferente a todo. Aquello no es tu vida. Vas del hotel al pabellón y del pabellón al hotel. No hay mucha vida social. Fue una experiencia buena. Allí aprendí que cuando haces algo por dinero, no por pasión, no van a ir bien las cosas.