Un operador del mercado de Caranza reclama desde marzo el abono de los desperfectos por la inundación del puesto colindante
24 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En febrero una fuga de agua inundó un puesto vacío del mercado de Caranza y también el contiguo, en el que José Manuel Suárez Loureda, placero desde la apertura hace 33 años de este recinto, atiende su carnicería, Oroley. Fue un sábado por la tarde y tras ser alertado acudió a achicar el agua. Pero no pudo evitar que se averiara uno de los instrumentos imprescindibles para su actividad: la balanza. Y para su arreglo tuvo que desembolsar 229,90 euros. «Ni un céntimo más ni un céntimo menos», apunta. Y esa es la cantidad que desde el mes de marzo viene reclamando al Concello, propietario de las instalaciones. Cuatro meses después no ha conseguido recuperar ese dinero, a pesar de las promesas de personal municipal de que «en cuanto metas por registro la factura lo tienes en dos días», relató.
Tras varias visitas infructuosas a la casa consistorial «me comunicaron que hay más de cien expedientes en la misma situación y que la demora puede llegar a los seis meses para darme una simple respuesta», critica. Y todo en un recinto que «está más muerto que vivo». «Resulta increíble que una persona autónoma tenga que poner 229 euros de su bolsillo sabiendo cuál es la situación actual del mercado», denuncia. Desde el gobierno local se aseguró que el pago está ya en proceso.