«A veces es más necesario entrenar al amo que al perro»

Raquel Freire

FERROL CIUDAD

El mayor error de los dueños es humanizar a los animales

31 may 2016 . Actualizado a las 18:03 h.

Meses atrás, la adiestradora de perros Mónica Álvarez (Narón, 1970) ponía en marcha la asociación deportiva canina Scintillas. Una entidad sin ánimo de lucro -ubicada en el municipio naronés- en cuyas instalaciones los perros pueden practicar diferentes actividades en función de sus capacidades y su formación. Así, los animales y sus dueños pueden adquirir conocimientos sobre obediencia -tanto básica como deportiva-, agility, socialización de cachorros, pruebas IPO (que examinan aspectos como el rastreo, la obediencia y la protección) o búsqueda de sustancias y de personas. Asimismo, la naronesa, que posee una amplia formación relacionada con el mundo animal, cría camadas de razas como el pastor belga Malinois, el schnauzer miniatura blanco o el schipperke.

-¿Cómo empezó su andadura en el sector canino?

-En 2001, por mi profesión ya trabajaba con un perro operativo en búsqueda de sustancias. Fue por aquel entonces cuando decidí ampliar mi formación y comencé a realizar cursos de ayudante técnico veterinario, peluquería canina y psicología para perros, así como formador de formadores y de juez canino evaluador, entre otros títulos. El mundo del perro es un sector cambiante y nunca sabes demasiado, exige renovación e innovación continua.

-¿Cómo pueden participar los interesados en unirse a la familia Scintillas?

-Pese a que no aceptamos socios por tratarse de una entidad cerrada, todo el mundo puede venir y entrenar aquí abonando una cuota mensual. Al tratarse de una sociedad sin ánimo de lucro, los beneficios obtenidos se destinan al mantenimiento de las instalaciones, en las que existen diferentes materiales a disposición de los usuarios, además de un aula para impartir clases teóricas con capacidad para quince personas.

-¿Todas las razas de perros pueden ser adiestrables?

-Por supuesto que sí, aunque hay animales a los que les cuesta más, muchas veces no solo es problema del perro, sino que los que tienen también que entrenar son los dueños. A la hora de comprar o adoptar un cachorro debemos seleccionar una raza que se adapte a nuestras condiciones. No todos los animales encajan con cualquier persona, debido a aspectos como el carácter, la actitud, la predisposición...

-¿Cuáles son los problemas más habituales que presentan las mascotas que usted trata?

-La ansiedad por separación -producida cuando el dueño sale de casa- es un caso muy común, además de otros trastornos como neurosis, ladrido excesivo? Son problemas que se pueden corregir y aunque lleva su tiempo pueden tratarse en cualquier momento.

-¿Existe alguna edad concreta para adiestrar a un animal?

-No, ya que los perros aprenden durante toda su vida. Si bien es cierto que durante los primeros cuatro meses adquieren conocimientos muy rápido, cualquier momento es bueno. Siendo cachorros, en dos o tres meses pueden dominar la obediencia básica, mientras que la deportiva requiere un período de tiempo mayor.

-¿El carácter del amo influye a la hora de tratar a la mascota?

-Sí, el mismo perro actúa de forma diferente cuando es llevado por una u otra persona. Muchas veces los adiestradores debemos incidir más en corregir el lenguaje corporal y la actitud del amo que en cambiar el comportamiento del animal.

-¿Cree que los programas de televisión sobre adiestramiento reflejan fielmente la realidad?

-Lo cierto es que no, ya que solo enseñan lo que quieren que veas. Es imposible que un perro complicado, que ha pasado por situaciones difíciles pueda rehabilitarse en quince minutos. Nunca muestran todo el trabajo que hay detrás de las cámaras.

-¿Cuál es el error que más se comete a la hora de educar un perro?

-Uno de los principales problemas es humanizar a la mascota porque los perros tienen que ser tratados como animales. Tendemos a pensar que cuanto más cariño les damos más los queremos y no es así, ya que educar no es maltratar. Ofreciendo a nuestra mascota pautas de conducta logramos que aprenda cuál es el lugar y la función que le corresponde. Así establecemos una jerarquía con la que se consigue que tanto el amo como el perro sean más felices.