Mareas y socialistas demuestran en las ciudades su dificultad para entenderse

Carlos Punzón
c. punzón VIGO / LA VOZ

FERROL CIUDAD

ed carosia

En Ferrol no son capaces de aprobar el presupuesto y en A Coruña y Santiago los enfrentamientos son incesantes

21 abr 2016 . Actualizado a las 16:17 h.

Ferrol, la única ciudad en la que las candidaturas municipales del espacio de En Marea comparten gobierno con el PSOE, no cuenta todavía con presupuestos municipales para el 2016, ni borrador para empezar a discutirlos. En Santiago, los socialistas, terceros en peso en la corporación, impusieron su política de tasas e impuestos a Compostela Aberta, gracias al apoyo del PP, tras afear con contundencia al alcalde, Martiño Noriega, pretender llevar a cabo varias subidas y discrepar sobre todo del diseño de las cuentas municipales. Y en A Coruña, donde el PSOE dio sus votos y la alcaldía a la Marea Atlántica, el brazo derecho del alcalde y jefe de gabinete de la alcaldía acaba de tachar de «orcos» a los concejales socialistas, y de paso también al del BNG y a parte de los funcionarios municipales.

Mareas y socialistas semejan emitir en distinta frecuencia, no se entienden prácticamente en nada en las tres ciudades y no lo disimulan siquiera para abrir la puerta a un posible acuerdo para hacerse este año con la Xunta.

El ejemplo de Ferrol

La única muestra de cómo trabajan conjuntamente dibuja en Ferrol la existencia de dos gobiernos municipales, uno dirigido por Ferrol En Común (FeC) y otro por el PSOE, donde además se registran altas dosis de confusión en el funcionamiento de las áreas municipales, entrecruzadas en sus distintas delegaciones entre representantes de las dos formaciones. Un ejemplo: Economía, Facenda, Emprego y Recursos Humáns depende de FeC, concretamente de la ahora dimisionaria Eugenia Freire, pero Promoción Económica, Comercio e Personal, son competencia del PSOE, del otro edil también dimitido, Felipe Sas. A los propios funcionarios se les hace difícil discernir en ocasiones hacia dónde encaminarse y cómo salvar el campo de minas de la relación entre los dos socios.

El proceso seguido para la contratación de la cabalgata de Reyes; el calendario a seguir para la remunicipalización de servicios; el fichaje de una asesora en Urbanismo; el diseño de planes diferentes para recuperar el barrio de Recimil; la polémica por el intento de retirada del busto del rey Juan Carlos del consistorio, o la realización de un plebiscito sobre la monarquía planteado por la organización del alcalde, son algunos de los conflictos que han dejado a la coalición de gobierno ferrolana al borde de la ruptura antes de cumplirse el primer año de gobierno.

El alcalde Jorge Suárez acusa al PSOE de deslealtad. Los socialistas han culpado al regidor de haberlos difamado y criticado en público su gestión.

Múltiples desencuentros

Abel Caballero clamaba ayer contra la «catástrofe» de los gobiernos locales de las mareas para despejar dudas sobre la falta de sintonía entre los dos espectros políticos a meses de las elecciones autonómicas, abonando así el argumentario electoral del Partido Popular.

La respuesta desde las candidaturas municipales del entorno de En Marea a los socialistas se centra en dibujar a un PSOE más cerca del PP que de un pacto por la izquierda. Xulio Ferreiro, exponente de Marea Atlántica y alcalde de A Coruña, se considera víctima de una «moción de censura encubierta» al ser modificado su presupuesto municipal a base de enmiendas desde la oposición liderada entre PSOE y PP. Pese a invitar a los socialistas a «arranxar o destrozo» que considera le han hecho en las cuentas municipales, no duda en considerar que los ediles del PSOE tienen «unha incapacidade manifesta para chegar a acordos», visión aderezada ahora desde el gabinete de la alcaldía calificando al referente del socialismo coruñés, Francisco Vázquez, de «caudillo».

Y en Santiago la relación tampoco es mejor. Los cuatro concejales socialistas están rentabilizando la inestabilidad de un gobierno con cinco ediles menos que la oposición, a base de una crítica constante a la gestión de Compostela Aberta, aunque a la hora de votar, como ocurrió con los presupuestos municipales, eviten dar sus votos al PP.