El norte, sin corredor y con vías obsoletas

SALVADOR SERANTES VIVEIRO / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Las comarcas de Ortegal, Ferrolterra y A Mariña exigen la prometida VAP que las uniría entre sí y con otras autovías

22 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Viveiro sigue sin variante. Tráfico interior y de paso continúa atravesando la población más grande de A Mariña y Ortegal .

Curvas y estrecheces en Loiba. Como en otros tantos tramos de la LU-862 y la AC-862, en Loiba (Ortigueira) hay que ir despacio.

Poco tráfico en la variante de Ortigueira. La circunvalación, de 8,4 kilómetros, llama la atención porque suele estar semivacía.

Riboira, en Lamas, buen asfalto. En San Sadurniño se ratifica que la calzada de la AC-862 está bien, pero el trazado lastra el tráfico.

Después de 16 años viendo cómo todos los gobiernos gallegos y estatales incumplen sus compromisos, en el norte gallego casi nadie se cree nada sobre el corredor Barreiros-San Sadurniño. Soportan viales con trazados propios del siglo pasado, plagados de baches en parte la comarca mariñana y por donde la velocidad media son 60 kilómetros por hora. A Mariña es mucho más moderna y dinámica que una carretera de la costa que la mayoría ve obsoleta para una zona que la Xunta, en sus Directrices do Ordenación do Territorio del 2011, define como «o espazo con maior potencialidade para reducir a extensa fractura urbana» entre Asturias y Ferrol y A Coruña.

Para el 2007, 2011, 2013 y 2017 se anunció el corredor que compensaría a A Mariña, Ortegal y parte de Ferrolterra por el desvío de la transcantábrica hacia el interior. De los 111 kilómetros de esa «vía de altas prestacións con condicións seguras e fiables», como la definió la Xunta, están abiertos los 8,4 de la variante de Ortigueira y se anuncia que este año podrá circularse por otros 7,9, entre Xove y Celeiro. Públicamente no han trascendido plazos ni presupuestos para los 95 kilómetros restantes, 33,5 comprometidos por el Estado y 63 por la Xunta. Desde que comenzó este siglo, mariñanos, orteganos y ferrolanos se han movilizado en numerosas ocasiones reclamando una carretera que vertebre las tres comarcas y las enlace con otras autovías. No hay ninguna desde que la A-8 se mete hacia el interior en Barreiros, hasta el lugar de San Sadurniño donde está la entrada a la AG-64. Sin el corredor Barreiros-San Sadurniño y sin la variante de Viveiro, circular por el norte gallego bien puede compararse con un regreso al pasado, en lo que a carreteras se refiere. La N-642 que va de Barreiros a O Castelo (San Cibrao) soporta intenso tráfico pesado y ligero, pese a cruzar innumerables núcleos habitados y a los baches que todavía salpican muchos de sus tramos. De San Cibrao a O Vicedo, la LU-862, con velocidades restringidas y el cuello de botella de un Viveiro que carece de circunvalación, pese a ser la población más grande entre Barreiros y San Sadurniño. Por Ortegal y el oriente Ferrolterra, el firme mejora, pero no las curvas ni las estrecheces.