Ferrol tiene que surfear esta ola

Andrés Vellón Graña
Andrés Vellón CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

12 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

O muchísimo se tuerce todo, o Ferrol va a tener por delante una magnífica oportunidad para volver a subirse a la ola. La fragancia a carga de trabajo que se empieza a respirar en los astilleros de la ría ya supone un cambio en el estado anímico de una zona tan necesitada de buenas noticias. Y, sobre todo, de empleos. Lo primero es esperar a que cuaje todo de forma definitiva. Y, una vez que eso suceda, serán muchas las oportunidades que se irán abriendo.

Pero, lo dicho, Ferrol tiene que subirse a la ola. Tantos y tantos fracasos anteriores han de servir para que no se vuelvan a repetir situaciones. Que haya ocupación en Navantia es fundamental. Nadie lo puede poner en duda. Pero está claro que hay que colocar muchos más huevos en la cesta local de la productividad. Sí o sí. Ya vivimos épocas de vacas gordas. Ya vivimos épocas de vacas flacas. Ya vivimos reconversiones que no reconvirtieron nada... ¿Va a volver a suceder? ¿Otro día de la marmota? No es viable.

Lo que dicta el sentido común es la preparación y la innovación constante. Lo que tiene que imperar es que si al fin tenemos sintomatología positiva en lo económico, en lo laboral y en lo social nos pongamos a hacer los deberes para el corto y el medio plazo. Que los cambios de ciclo en el sector naval -siempre los va a haber- no pesquen de nuevo a Ferrol en pijama y sin alternativas. Ahí tienen que pintar, y mucho, los agentes sociales. El tejido empresarial. El tejido sindical. El comercio. La hostelería. Hay un puerto exterior -sin tren, eso sí-; hay un potencial turístico al que se está muy lejos de sacarle todo el partido; hay emprendedores que necesitan respaldo; hay un sector marisquero que tiene que crecer; hay náutica deportiva; hay dinamización cultural; hay un imponente sector forestal en la comarca. Hay un centro de Ferrol que necesita una regeneración, pero también hay barrios emergentes... Hay un Narón pujante. As Pontes. Fene. Ares. Mugardos. Cedeira. Valdoviño. Pontedeume... Todo suma. Conviene no perderlo de vista.

Lo peor que le puede pasar a Ferrol es que le suceda otra vez lo mismo. Que se duerma y despierte a golpe de crisis y de planes de reindustrialización. Humo. Con mucha fuga de dinero público incluida. La pregunta es: ¿hay capacidad para responder a ese reto? La respuesta es que sí. Pero tienen que cambiar muchas cosas. Y hay que estar por la labor de hacerlo.

Ferrol ha de subirse a la ola y no esperar a que la tabla para surfearla venga del lado de la política. La protagonista es la sociedad civil. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Que nadie se engañe. Y que nadie intente engañar. Que las caretas ya se han caído. Y el resultado está a la vista.