Sari Alabau: «La mía fue una generación afortunada»

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL CIUDAD

ANGEL MANSO

El día 9 contará en el Ateneo el importante y desconocido papel de la lucha de las mujeres tras los sucesos de Marzo del 72

02 mar 2016 . Actualizado a las 11:57 h.

Han pasado 44 años pero tiene los acontecimientos de aquellas fatídicas jornadas tan frescos como si hubieran pasado ayer. Pese a ello, haciendo gala de la humildad que la caracteriza, comienza su relato advirtiendo de que ella no fue protagonista en primera persona de nada, y lo termina en idéntico sentido: pidiendo que recordemos los hechos en general, mencionando a aquellos que padecieron una represión que situó a Ferrol como la capital de la lucha obrera contra el franquismo en el país. Claro que Sari Alabau (Valencia, 1946), que en marzo del 72 militaba en el clandestino Partido Comunista de Galicia, fue una de las represaliadas tras los acontecimientos que culminaron con la muerte de los trabajadores de la antigua Bazán Amador Rey y Daniel Niebla por los disparos de la policía de la dictadura cuando se movilizaban pacíficamente para pedir mejoras en el convenio de su empresa. El próximo miércoles, día 9, evocará una vez más aquellos hechos en el Ateneo Ferrolán, pero en esta ocasión para poner en valor el desconocido papel y la lucha de muchas mujeres ferrolanas durante aquellos días.

«Aquella mañana, Ferrol estuvo tomada totalmente por los trabajadores. Fue una huelga general política auténtica. Yo nunca he visto una ciudad paralizada como estuvo Ferrol», recuerda. Los primeros días, las detenciones se centraron en los líderes obreros, pero pocas jornadas después, cuando llegaba a casa en coche con su entonces marido, Julio Pérez de la Fuente, este percibió que estaba un vehículo de la policía secreta esperándolos. Y ahí comenzó una huida, «dando tumbos», acogidos en casas de amigos. En Semana Santa, mientras pasaban unos días con su familia en las afueras de Valencia, los detuvo la policía, «pistola en mano». Era el 9 de abril. De ahí a Madrid, posteriormente a Ferrol y finalmente a la cárcel de A Coruña. En el penal coincidió con otras mujeres significadas por su lucha, Mela la Carbonera, -«que tenía una conciencia de clase impresionante»-, Fina Varela y Victoria Díaz Cabanela. Las puertas de la cárcel no volverían a abrirse para ella hasta el 11 de julio.

Recuperar la libertad

Entonces recuperó su libertad, pero la persecución del régimen a la pareja continuó durante muchos años, de formas diversas. De hecho, su marido, encarcelado «para sacárselo otra vez del medio», conoció a su hija en mayo del 74, ocho días después de nacer.

Pese a lo duro de las vivencias, no hay rastro de rencor en las palabras de Sari, que insiste en la importancia del papel de las mujeres en la resistencia contra la dictadura. «Ellas realizaban un trabajo de apoyo y de concienciación de contra quien había que luchar. Muchas se quedaron con niños pequeños y tiraron para adelante. Aunque había un ambiente muy solidario, algunas mujeres de encarcelados de Bazán se tuvieron que ir a vendimiar a Francia para sacar adelante a sus familias», recuerda.

También evoca cuando un grupo de mujeres redactaron una carta para denunciar la falta de seguridad de las cárceles y para que no se olvidasen los hechos del ferrolano marzo del 72. Quince de ellas se fueron a Vigo a la conferencia que allí ofrecía el periodista Oneto, con quien llegaron a entrevistarse para lograr que acabase publicando la misiva en Cambio 16.

La que fuese una de las primeras alumnas mujeres de la Universidad de Valencia -estudió Físicas-, profesora durante toda su vida laboral, y más tarde concejala, considera que hay muchas asignaturas pendientes para lograr la igualdad. «Un tercio de las mujeres no llega ni al salario mínimo interprofesional», lamenta.

Ella, que lleva la solidaridad en el ADN -«es una necesidad», afirma- centra sus esfuerzos ahora en la lucha por mantener Asfedro. «Se que no voy a resolver los problemas, pero ahí estamos un equipo genial de gente peleón, que nos entendemos muy bien». El miércoles, Sari Alabau se sentará, por iniciativa de IU, en una mesa en el Ateneo junto a Cristina Almeida, Mariluz Canal y Fina Varela, para rememorar el importante papel de las mujeres en la lucha por las libertades, en una época complicada. Pese a ello, afirma: «La mía fue una generación afortunada. Vimos caer una dictadura y un cambio en nuestro país».