Hablemos, pues, alcalde

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL CIUDAD

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una persona cercana el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez. Una de sus primeras decisiones tras ser nombrado regidor de la ciudad fue reservar varias horas al día para recibir a los vecinos, en una política de escuchar directamente las peticiones y quejas de los ciudadanos que ahora se concentran ya únicamente en los viernes. Con un carácter abierto y dado a la ironía y a las bromas, que dicho sea de paso le han llevado a meterse en no pocos charcos en estos ocho primeros meses desde que accedió al sillón de alcalde, no parecía que la falta de comunicación pudiera ser uno de los déficits del gobierno local. Y sin embargo se le acumulan los problemas de esta índole a derecha y izquierda. Así que en algo se estarán equivocando. Porque un ejecutivo local en minoría debería de hacer todos los esfuerzos que estuviesen en su mano para llegar a acuerdos, principalmente en asuntos que pueden cambiar el rumbo de la ciudad.

Porque digo yo que si finalmente Ferrol en Común y el PSOE asumieron prácticamente sin cambios el plan especial de Ferrol Vello redactado por el PP y de igual manera regresaron de Madrid con el convencimiento de dar luz verde, salvo pequeñas modificaciones, al convenio con el Ministerio de Defensa redactado por el equipo de Rey Varela también podrán sentarse a negociar -y a llevar a buen puerto- con los partidos de la oposición otros proyectos de interés. ¿Los presupuestos municipales, por ejemplo?

Si las críticas de los populares sobre la cerrazón del gobierno local fueron una constante desde el principio del mandato, a las que se sumaron también los ediles del BNG y Ciudadanos, ahora se despachan en idéntico sentido los representantes de los trabajadores de la junta de personal y el comité de empresa, que reprochan al ejecutivo de Suárez falta de diálogo y opacidad. Por otro lado, aunque se niegue por activa y por pasiva, varios han sido los sobresaltos que se ha llevado el gobierno local ferrolano después de que la mano derecha actuase sin informar de lo que iba a hacer la izquierda. El último ejemplo, el traslado del busto del ministro franquista Camilo Alonso Vega, pero hubo otros. De hecho, el termómetro de la crispación se disparó en enero entre los socios del ejecutivo de la plaza de Armas tras asumir Suárez que se habían producido errores en la política de comunicación, relativos a la cabalgata de Reyes, en alusión a los mensajes emitidos a la prensa por el PSOE. Pues eso alcalde, hable, agote el diálogo, no pierda el buen humor, pero échele las mismas dosis de paciencia, o más a charlas interminables, aunque el interlocutor que tenga en frente no le haga mucha gracia.