La corporación municipal ferrolana celebró un pleno para tratar sobre las ayudas a las cofradías que organizan la Semana Santa, y que en su día fueron aprobadas por anteriores gobiernos locales e hicieron posible que esa festividad fuese mejorando hasta ser declarada de Interés Internacional. Pero dificultades nada convincentes hicieron que la discusión plenaria llevara al Palacio Municipal a mucha gente para oír a los portavoces que ponían palos en las ruedas de la financiación. Fueron el Partido Popular y Ciudadanos los que apoyaron la demanda de las cofradías, mientras el grupo de gobierno movió el ambiente al enzarzarse con, sí pero no, no pero sí. Más claros fueron los nacionalistas, que con un raquitismo inquietante dijeron no a la propuesta.
La Semana Santa ferrolana devuelve cada año un brillo especial y extraordinario a Ferrol, y son muchos los ferrolanos que piden que sea conservada y mejorada. Pero el desafecto demostrados por unos cuantos que se calientan bajo el sol de la izquierda política está empañando su prestigio y el esfuerzo de tanta gente que se dedica a cuidarla y enaltecerla, sencillamente para que miles de ciudadanos puedan admirar unos pasos procesionales que aparecen por méritos propios en todos los medios de comunicación del país.
Es posible que a nuestros ediles, con pluriempleo unos y por no poner en armonía con la ciudad los factores ideológicos otros, les falte un chute de energía para quitar el ruido de las ideas y defiendan lo que la inmensa mayoría siente, desde que los astilleros de Bazán y la Armada jugaron un papel determinante en los tronos y las procesiones.
Por eso es importante que racionalicemos y que defendamos lo que nos dejaron nuestros antepasados. Si no es así, no somos absolutamente nadie a la hora de reclamar aportaciones positivas para esta ciudad.
El gobierno local no puede seguir clavando dardos en el culo de los ciudadanos que tampoco en esta ocasión piden montañas, simplemente sentido común y que se sustituya la desidia argumental de los que nos quieren hacer ver con ideas trasnochadas y no admisibles, la hora de mejorar un bien concreto de la ciudad.
También es preocupante el: ni sí, ni no, ni todo lo contrario de los socialistas, pues con ello no dejan en buen lugar al partido, que fue impulsor de esta Semana Grande y de Equiocio.