Un joven que responde a las iniciales A.P.R. se sentó ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal 1 de Ferrol para responder de un presunto delito de coacciones leves sobre la mujer, por el que la Fiscalía solicita que se le imponga la pena de un año de prisión y la prohibición de acercase o comunicarse con su expareja por un período de tres años.
Los hechos que quedaron vistos para sentencia ocurrieron en la madrugada del pasado día 15 de agosto. Según las conclusiones definitivas de la Fiscalía, corroboradas por la propia denunciante, el acusado la llamó por teléfono para que le llevase a su casa, en Fene, un cargador de móvil.
Supuestamente, cuando la mujer llegó allí el hombre la agarró por un brazo, dejándole tres dedos marcados, y la introdujo por la fuerza en el dormitorio en el que se encontraba el hijo de la pareja, que ese día estaba con su padre. Finalmente, la mujer logró marcharse.
El acusado negó los hechos asegurando que fue ella la que entró en su casa en contra de su voluntad, porque pretendía retomar la relación. Declaró que era mentira que la hubiese agarrado y que las marcas se las pudo causar ella misma.