El agua de Lugo es buena, aunque con más sales que otras ciudades

DIEGO PARDO / x.m.p. LUGO / LA VOZ

FERROL CIUDAD

La mineralización más alta podría explicarse por el mayor contacto con el suelo

23 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras la polémica suscitada por la presencia excesiva de trihalometanos en el agua de Ferrol, que obligaron a cortar el suministro durante varios días, La Voz encargó un estudio al laboratorio Indrops para conocer la calidad del agua que diariamente beben los vecinos de las siete principales urbes gallegas. A continuación, repasamos los resultados obtenidos en los principales parámetros de análisis del agua de la ciudad amurallada.

«Si consumimos agua del grifo, es porque es buena y cumple los estándares legales establecidos», advierte de antemano Miguel González, jefe de laboratorio del grupo Indrops, quien señala que «los resultados obtenidos en el día de la toma de muestras corroboran este hecho».

Mineralización

El aspecto más importante de este análisis lo encontramos en la cantidad de sales que contiene el agua de Lugo, parámetro que se mide con la conductividad. Las sales son buenas conductoras de la electricidad, por lo que a mayor conductividad, mayor concentración de sales. «Como dicen los anuncios de agua embotellada, cuanto menor sea el contenido en sales, mejor», afirma González, puesto que así «pueden consumirla personas que tengan prescrita una dieta baja en sodio». En ese grupo encontramos a las personas con problemas cardíacos y hepáticos.

De todas la urbes analizadas, Lugo es la que mayor contenido en sales presenta. Su cantidad, por ejemplo, es el doble que la del agua de Ourense, una capital de provincia próxima.

Que el agua de Lugo sea más salada puede deberse a que se abastece del Miño, «donde el agua, evidentemente, permanece en contacto con el fondo y las orillas y, además, el río es receptor del efecto arrastre de tierras provocado por las lluvias». «El suelo gallego es rico en sales», apunta González.

«Dentro del límite legal, para hablar de una mineralización considerable, se debería superar la medida de 300», señala González. Lugo alcanzó en la muestra la cantidad de 206, «por lo que todo el mundo puede beberla».

Entre las sales encontramos el sodio y el aluminio, que también alcanzan los niveles más altos de las ciudades gallegas, pero ninguno llega ni a la mitad del límite máximo legal. El sodio es malo para afecciones cardíacas, y del aluminio, aunque todavía no está claro, algunos estudios sospechan que guarda relación con el alzhéimer.

Acidez

El pH es el coeficiente que nos indica el grado de acidez o alcalinidad del agua. Siete es la marca a conseguir. En ese punto, el agua es neutra; por debajo sería ácida, y por encima, alcalina.

«El agua de Lugo es neutra con tendencia a la alcalinidad. El dato es bueno, puesto que lo que se debe evitar es la acidez, ya que el agua corroería las tuberías, provocando la ingesta de restos metálicos y daños en la red de suministro», señala González

Turbidez

El agua de la ciudad es limpia, en un sentido físico. «Para hacernos una idea, al nivel máximo de cinco, la suciedad del agua no es perceptible al ojo humano». Lugo no llega ni al grado uno.

Amonio

La medición de la cantidad de amonio se hace para «tratar de ver si el agua que sale por el grifo ha estado en contacto con aguas fecales y purines», procedentes de posibles fugas en el alcantarillado. Lugo no llega al 20% del límite máximo permitido.

Nitratos y nitritos

Estos se generan cuando las plantas potabilizadoras tratan de eliminar el amonio del agua. Los nitritos son peores, puesto que reducen la cantidad de oxígeno en sangre, siendo los bebés, por su gran demanda de oxígeno para su desarrollo, la población de mayor riesgo. «En Lugo, la cantidad de ambos es irrelevante».

Trihalometanos

Lugo no supera la cantidad permitida de esta sustancia, originada en los procesos de potabilización y «considerada peligrosa en cantidades muy superiores al límite máximo establecido, que Ferrol no alcanzó ni de lejos», concluye González.